El Oficio de Profesor

Soy profesor. Es raro que hoy caiga en cuenta de ese aspecto de mi realidad que está ahí hace muchos años. Digamos que entre cargos administrativos medios o bajos, con importancia o sin ella, había perdido esa noción. La última vez que la tuve fue hace como tres años que me dí cuenta que era un profesor más bien mediocre que necesitaba mejorar lo que hacía, entregarme un poco más para alcanzar lo que un profesor se propone: que sus alumnos aprendan algo. 

Claro, podría pasarme la mañana hablando de qué es aprender. Pero me conformo con decir, también mediocremente, que aprender es modificar algo dentro de uno para ver las cosas de forma diferente de ahí en adelante. Entonces mi propósito de esa época era que mis estudiantes de ingeniería aprendieran que ellos podían aprender y el mío era que yo podía hacer las cosas diferentes y buscar formas distintas de ejercer ese oficio. No sé si funcionó muy bien, creo que no.

Hoy vuelvo a caer en cuenta de ese trabajo. Y lo hago de la mano del problema de que debo trabajar con objetos que no son dificiles de aprender, pero para los estudiantes son novedosos, cambios de paradigma, cambio de términos y de lenguaje, cambio de telón de fondo. Y hacer eso es complicado pese a que todo se reduce a esos conceptos que ya de todas formas tienen pero que ahora tendrán que decir "ah! todo se reduce a lo mismo pero es tan diferente".  

Si he de ser feliz debo dar y estar dispuesto a salir perdiendo. Dejar a un lado la tacañería y dar. He puesto lo que he tenido y en efecto he salido perdiendo, a veces maltratado, a veces incluso ultrajado. Otras veces o por épocas he puesto menos y salgo menos adolorido cuando las cosas salen mal pero así me privo de ver ciertos progresos como triunfos. Y creo que ese es justamente la concha en la que se meten nuestros profesores: no dan mucho para no salir muy golpeados cuando las cosas no salen bien (y no salen bien con mucha frecuencia).  Pero cuando uno entrega lo que tiene el placer de ver pequeños resultados es a veces suficiente aunque luego te hacen a un lado y olvidan ese poquito que pusiste.

Noto de mi algunas características que me parecen adecuadas: no me quejo de mis estudiantes. No importa si son regulares o un poco perezosos o distraidos, no me quejo. No asumo que no son capaces como tanto profesor que asume que sus muchachos no pueden. De hecho me he demostrado a mi mismo con los pocos experimentos pedagógicos que he hecho, que pueden aprender. No renuncio, trato de estar ahí. Recuerdo que en la secundaria me enojaba con mis compañeros de grupo de estudio a los que les lanzaba llamas cuando decían "no soy capaz".  Bueno, reconozco que hay personas que de pronto no son capaces de vez en vez, pero no puede ser la actitud ante la vida.

Todos podemos aprender y por ende cambiar la forma de hacer las cosas.

Lo negativo también lo tengo claro, les pongo una distancia a mis estudiantes, a veces los eludo por fuera de la clase. Igual otras cosas que debo hacer me impiden estar tan pendiente. Y a veces digo "esto es sencillo y Uds. lo hacen" mientras ellos no ven nada sencillo en ningún lado. Pero trato de no decir eso nunca más. Aunque no quiere decir que no deban hacerlo ellos mismos, quiero decir solo que no dire "fácil de hacer". 

En fin, ahora tengo ante mi el problema de dictar física matemática. Y no sé muy bien qué puedo hacer. Qué me invento para atraer la atención de estos chicos que se duermen en una clase martes y jueves de 2 a 4 pm en un salon donde el aire está detenido, se le da la espalda al sol pero se siente su calor, etc. No puedo llevar cartoncitos para explicar análisis complejo, no sé qué tipo de cartón puedo llevar. No es de rasgar papel y pegar, no es de llevar una demostración de un juguete.... podría hacerse así pero habría que haber empezado muy distinto. En fin, hay otras formas, hoy quizá en mi mediocridad de este día, no se me ocurren. 

Quisiera contar con las palabras de una vieja amiga para darme ánimos, para buscar alternativas y ayudármelas a pensar. Pero bueno, aun sin esas voces debo empezar de nuevo a dar lo que puedo nuevamente, a sabiendas de que lo van a encontrar inútil y a veces yo mismo lo voy a ver así. Pero si no doy lo que soy y tengo no puedo ser feliz, así que de todas formas debo ponerlo ahí. 

La vida sigue, sigo siendo profesor.

Comments

Jair Ospina said…
Conectar los puntos, es una de las enseñanzas de vida que aprendí de un hombre al que admiro desde el dia que ví su discurso en Youtube, al dirigirse a los recien graduados de la Universidad de Stanford. Steve Jobs me enseño, sin saber de mi existencia, que las situaciones enfrentamos a diario, sean buenas o malas en el momento, tal vez (y digo talvez, porque aun queda la incertidumbre de que esto sea cierto)hacen parte de algo que entenderemos más tarde su ocurrencia. Apegado a esta teoria, he aprendido a tomar las situaciones que implican algo negativo para mi, con un optimismo paciente, con la esperanza ciega que el proposito de cualquier suceso hace parte de una escena más avanzada que talvez entienda al final de la película(como lo dice usted profesor Nelson en un post anterior).
Ese dia, aun sin saberlo encontré un gran maestro.
Me alegra haber vivido hasta hoy, porque de nuevo he encontrado un verdadero maestro en mi vida, y sin ser famoso, también se lleva mi respeto y admiración. Esa persona es el hombre que un dia decidió plasmar sus pensamientos en este blog, bajo el riesgo de que se convierta más bien en un diario personal sin importar si es leído algún día.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de conocerlo personalmente, y siendo sincero, no valoré en su momento los intentos por enseñarme lo que pretendía mientras fuí su alumno, sin embargo dejeme decirle mi estimado amigo que no fué un simple intento, sino un verdadero logro.
Lo que me ha enseñado no se limita a la Fisica, sino que se extiende a la humanidad y al pensamiento.
Aun cuando tuve 5 profesores de Fisica I, y que estuve a punto de desechar la idea de graduarme algun día, usted es el único profesor que he sentido que le interesa mucho más que cumplir con sus obligaciones laborales en una clase, o su salario. Por una vez en mi vida he sentido que a un profesor le interesa enseñarme y por primera vez en mi vida he sentido que a un profesor le intereso Yo.
Es por eso que desde hoy, profesor Nelson Vanegas, lo considero uno de mis grandes maestros y espero algún dia ser tomado como su amigo.

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