Como hermana y hermano
Por Enrique González Martínez    Como hermana y hermano  vamos los dos cogidos de la mano...   En la quietud de la pradera hay una  blanca y radiosa claridad de luna,  y el paisaje nocturno es tan risueño  que con ser realidad parece sueño.  De pronto, en un recodo del camino,  oímos un cantar... parece el trino  de un ave nunca oída  un canto de otro mundo y de otra vida...  ¿Oyes? -me dices- y a mi rostro juntas  tus pupilas preñadas de preguntas.  la dulce calma de la noche es tanta  que se escuchan latir los corazones.  Yo te digo: no temas, hay canciones  que no sabremos nunca quién las canta.   Como hermana y hermano  vamos los dos cogidos de la mano...   Besado por el soplo de la brisa,  el estanque cercano se divisa...  Bañándose en las ondas hay un astro;  un cisne alarga el cuello lentamente  como blanca serpiente  que saliera de un huevo de alabastro...  Mientras miras el agua silenciosa,  como un vuelo fugaz de mariposa  sientes sobre la nuca el cosquilleo,  la pasajera ond...