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Showing posts from February, 2019

Inteligencia, narcisismo, sufrimiento y tristeza

Un comercial que pasaban antes de las películas hace muchos años, no recuerdo de qué era, decía "never underestimate the power of intelligence". Digamos con simpleza que pensar debe servir para algo pero es más que servir es ser. Quizá si quien lee esto sabe el concepto de energía potencial en física sabrá que quizá es en eso en lo que recae ese poder, es potencial que puede, si es el caso, desencadenar torrentes, buenos o malos. Es saber que existe en potencia una capacidad de hacer algo diferente que puede cambiar el argumento, el juego, la idea, los hechos.  Pero de lo que me debí percatar también y no lo hice es una de esas cosas de la política colombiana que apenas caigo en cuenta. Cuentan que preguntó Darío Echandía, en ocasión del Bogotazo de 1948 "¿el poder para qué?" En el caso concreto, depende enormemente de en qué use uno esa inteligencia, ese potencial. Y esta duda no es para toda persona inteligente, es para mí. Voy a ser en esto un poco ramplón,

La gente normal

Desde que empecé a leer, y no me refiero a las frases de los libros de la escuela, sino desde cuando alguna vez decidí que iba a leer y empecé a consumir libros, empecé a odiar a la gente normal. Hoy no usaría ese término pero en su momento ese era el verbo: odiar. Quizá peor pues menospreciar está por debajo. Como digo, hoy diría otra cosa. Lo que no cambia es que lo normal (diciendo eso respecto a la la gente) se compone de cosas que no quiero para mí o peor, que encuentro ajenas, repelentes, si no dañinas y nocivas. No sé quién es la gente normal: no sé qué quieren, no encuentro nada qué decirles. No tengo forma intuitiva de relacionarme con ellos que no sea la simpatía pues son humanos, pero no hay eco en mí ni resonancia alguna con mis propios pensamientos o condición. No creo que entiendan el dolor, no creo que sepan (más allá de una sensación superficial) de la tristeza, no creo que sean capaces de comprender el silencio. La gente normal, como cualquiera, merece mi general simp

Relaciones, en pasado.

Mis relaciones son todas en pasado, ninguna es en presente. A todas las mujeres que he conocido, desde los 18 años aproximadamente, y en quienes me he interesado, sea que logre tener con ellas una relación o no, les he escrito. Mucho. Les he escrito mucho. De todas desde que soy mayor de edad, guardo lo que he escrito y no entregué. Que es también considerable. Y en algún caso hasta lo que entregué. Y conservo lo que me han escrito que suele ser muy poco, casi nada. En la era de internet conservo cada correo que envié o me enviaron (envío unos cinco por cada uno que recibo o peor), cada borrador que se quedó sin ser enviado, que también son muchos. De vez en cuando leo esos borradores no enviados o esas notas no entregadas. Me sirven creo yo para recordar que de vez  en vez repito los mismos escenarios y saber como mis respuestas han cambiado. Algunas dramáticamente, otras apenas ligeramente. Me pregunto qué han tenido en común las mujeres a las que intenté seducir, con éxito o s