Inteligencia, narcisismo, sufrimiento y tristeza

Un comercial que pasaban antes de las películas hace muchos años, no recuerdo de qué era, decía "never underestimate the power of intelligence". Digamos con simpleza que pensar debe servir para algo pero es más que servir es ser. Quizá si quien lee esto sabe el concepto de energía potencial en física sabrá que quizá es en eso en lo que recae ese poder, es potencial que puede, si es el caso, desencadenar torrentes, buenos o malos. Es saber que existe en potencia una capacidad de hacer algo diferente que puede cambiar el argumento, el juego, la idea, los hechos.  Pero de lo que me debí percatar también y no lo hice es una de esas cosas de la política colombiana que apenas caigo en cuenta. Cuentan que preguntó Darío Echandía, en ocasión del Bogotazo de 1948 "¿el poder para qué?" En el caso concreto, depende enormemente de en qué use uno esa inteligencia, ese potencial. Y esta duda no es para toda persona inteligente, es para mí.

Voy a ser en esto un poco ramplón, me considero una persona inteligente. Y eso ligado no a las medidas de CI, sino a otras cosas que no vienen tanto a cuento. Y lo digo porque no voy a asociar nada bueno a todo esto. Pero lo juzgo así y por eso escribo este texto. Nadie tiene que estar de acuerdo y ya está. Pero volviendo a lo dejado en el párrafo anterior, me pregunto para qué la inteligencia, para qué ese poder que da. Uno podría pensar que para conseguir mejor forma de vida y cosas materiales y sí, eso ha servido. Pero para mí la inteligencia no llega sin un alto costo. 

Acabo de buscar "inteligencia y sufrimiento" en Google y encuentro un estudio de 2017 en que se señala que las personas inteligentes tienen más probabilidad de sufrir enfermedades mentales como la depresión y otras. Se siente justo, creo. Pero las mejores referencias vienen de la literatura, voy a citar unas pocas. De J.D. Salinger, en Franny and Zooey, dice la madre de ambos que  "No sé qué bien hace saber tanto y ser punzantes como un látigo si eso no te hace feliz." Lo cual es como el contexto de todo esto. Personalmente no sé que es la felicidad y no entiendo qué se supone que deba ser. No sé a qué apuntarle si quisiera ser feliz. No sé a qué se refiere ella, el personaje del libro, pero entiendo la frase. Decía Hemingway, o al menos copié en alguna parte que decía, que la felicidad en la gente inteligente era la cosa más rara que conocía. Y recogiendo otra cita, Dostoyevsky en Crimen y Castigo,  "el dolor y el sufrimiento son siempre inevitables en las grandes inteligencias y los corazones profundos. Los hombres realmente grandes, pienso, tienen que padecer de gran tristeza en la tierra." Aunque eso de "grande"... de ahí sí me zafo. En estos días admití para mí, aunque era donde mi analista, que hago nada por nadie. No ayudo a nadie, no muevo un dedo. Lo cual es bastante egoista, lo sé.

Como sea, la inteligencia sola ¿explica los indecibles deseos de llorar al final del día o las constantes ansiedades y angustia? ¿Explica que no haya siquiera alguien con quién sentarse a estar bien y que sea normal y no un o una psicópata, o alguien en la fase psicópata de algún trastorno, tratando de hacerte daño?  

En un capítulo de Dr. House un hombre llega y en el diagnóstico entienden que es un genio pero que con medicación que toma se convierte en una persona normal, sin grandes aspiraciones, sin ideas interesantes, sin ningún interés en cosas distintas a su novia y su vida en algún empleo secundario. Y al tratarlo y quitarle esa medicina revive su gran inteligencia y se convierte en un demonio que no para de atormentarse a sí mismo y de atormentar a los demás, hiere a todos los que se acercan y no puede parar de sufrir. Luego del diagnóstica (es House y hay un diagnóstico) el tipo se cura de lo otro, no de la inteligencia, para eso vuelve a tomar sus medicinas y a ser normal, libre de egoismos y egolatría.

No sé qué haría yo si una cosa así existiera. La tentación de seguirse haciendo daño y seguir hiriendo gente en cada baldosa que piso es sin duda enorme. No crean, en eso consiste en parte el poder que da ser inteligente. Sentir, ver eso, ser testigo y artífice es parte del potencial del que hablo. Así que perder eso es como algo para pensarse. ¿Perder eso algo que deseo? Lo pregunto por lo que dije arriba, la inteligencia llega con un sufrimiento. Y a veces con tristeza, que no son lo mismo. Y es justamente el sufrimiento lo que vuelve difícil separarse de la inteligencia. El sufrimiento es narcisista. El narcisismo se manifiesta en cosas muy infantiles, gestos y actuaciones más bien de de niño recién destetado y no está lleno de felicidad como debería ser. Debería estar colmado de felicidad, pues uno, lo más perfecto y el centro de todo, se tiene a uno mismo para admirarse permanentemente y siendo tan perfecto no necesita mirar más allá. Y además uno es el centro de uno mismo que es lo más de lo más. Ves el círculo vicioso desde kilómetros. 

Pero no, el narcisismo está lleno de dolor. De una necesidad de ser el centro pero no para uno sino para otros. Y los otros, obvio, son imperfectos y no reconocen la perfección ni aun se las ponen en frente y aun si la reconocen no la aprecian o la envidian y la atacan o la quieren dañar. Y entonces, todo lo que hacen está encaminado a eso pues si no es a eso ¿a qué? no habiendo otra cosa importante, tiene que ser a destruirlo o dañarlo a uno. Entonces, la vida es un infierno. Y uno sufre. Por eso digo, el sufrimiento es narcisista, se basa en verse uno mismo sufrir en los ojos de los demás y en el espejo ¡miradme como sufro!

Esto  parece para mi analista. En fin, sigo. Y la idea de este blog, me digo internamente, es decir que la inteligencia sencillamente no te hace feliz. Para nada. Es más, te quita las pocas posibilidades. Y uno termina, como dije, con indecibles deseos de llorar un miércoles por la tarde al llegar del trabajo y se sufre. Por nada porque a veces no pasa nada. Si pasa algo uno siendo inteligente lo resuelve. Pero no, lo que no es soluble y ni siquiera a veces formulable es lo que hace sufrir. Pero sospecho que lo que hace sufrir es no ser el centro, es ser el centro pero solo para uno mismo. Y ser el centro para uno mismo pero en soledad es un contrasentido. Y eso sí, ser inteligente no atrae a otros como dicen por ahí (eso de ser un afrodisíaco debió inventarlo alguien inteligente para darse moral). De cualquier forma alejar el sufrimiento es alejarse de querer ser ese centro, de aspirar a ser reconocido, escuchado, etc. y eso es bastante difícil.

Eso respecto a sufrir. Pero lo que sí no es narcisista es la sola tristeza. Los deseos de llorar solo por la sensación de estar triste, no sé si juzgarlos así. No al menos de primera mano. Y esos son otros, son la sensación de vacío y aislamiento, la gran gana de parar y detener, de dejarse caer y tenderse a suspirar o a llorar y ya, sin contraprestación, sin una esperanza de que pasará o la esperanza de que no pase, de que no acabe pues al final el próximo minuto está igual de lejos que  el año entrante o el siglo que viene. En fin, esto no lo estoy poniendo porque lo hubiera pensado antes, solo trato improvisadamente y quizá mal de describir el estar triste que sabes mejor que yo. Quizá la tristeza sea una tabla de salvación para defenderse de las acusaciones de narcisismo en todo esto. Y lo único que justifica pretender que ser inteligente es bueno, contradictoriamente. 

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