País de mierda, país feliz
Lo dijo un comentarista deportivo, César Augusto Londoño, único que curiosamente se atrevió a decir algo en este tono en televisión cuando mataron a Jaime Garzón hace ya muchos años. De vez en cuando lo decimos en voz baja y con el mismo tono de rabia: realmente, somos un país de mierda. Siento mucho si esto daña la fantasía de que este es el mejor vividero o de que somos felices. Cada cual puede ser feliz, eso no obsta para que este sea, como digo, un país de mierda. De hecho las dos cosas no son incompatibles. Mis vecinos son felices en vacaciones haciendo bulla, lo que solo parece hacer infeliz a unos dos o tres desgraciados, entre los que me incluyo. Quizá por eso somos tan felices según esos estudios frívolos: porque nos tragamos lo que sea, no respetamos y aun así dizque somos felices y yo hago la hipótesis de que es porque podemos, por nuestra propia cuenta, atropellar a otros, abusar del sistema, las normas, los vecinos, el que sea o lo que sea, sin que pase nada. A muchos eso ...