Los privilegios que he tenido
Ayer estuve escuchando blues por un largo rato y al contarle a alguien, me preguntó qué me hacía sentir. Me doy cuenta de que es la primera vez en mi vida en la que encuentro algo que no puedo describir completamente con palabras; algo que me hace pensar con una gramática que no corresponde al lenguaje hablado o escrito. Y que cada que escucho blues se compone una nueva frase de un libro que antes no había leído y se conforma y se deforma con cada audición. Así que siento que debo agradecer poder disfrutar de vez en cuando de ese privilegio, el de escuchar blues sin otra cosa en la mente que la música. Tener ese privilegio no es un fin en sí mismo pero, ciertamente, vale la pena hacer algunos esfuerzos para llegar ahí. Y por supuesto, se necesita algo de suerte (más de la que creo) y el amor de algunas personas (como mi madre). De tal forma que quizá sea eso lo primero que debo reconocer. Mi madre es una mujer de origen campesino cuya educación no pasó de 2o. de ...