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Showing posts from April, 2011

Visitantes de la Casa.

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Los escucho y no sé muy bien de quien es la voz, quisiera adivinarla para poderla precisar pero en la algarabía que a veces se forma, los visitantes tienen sus propios afanes, no sé quien es quien. Estos tres van de primero porque me recuerdan una tarde llena de silencio y magia, contemplando durante horas y mientras caía el día, los colibríes justo fuera de la ventana de la casa...  los veíamos danzar, pasar, quedarse estáticos y después volar.  Y cada vez era una fiesta silenciosa.  Antes de eso, tardes de observarlos venir hacia este proyecto de atraerlos y disfrutar su compañía momentánea, a veces fugaz. Este es el menos asiduo y el visitante más reciente... lo he visto apenas unas pocas veces, huye rápidamente y creo que su temor refleja cierta fragilidad que no debe ser mayor que la de otros más frecuentes. Y este mira con curiosidad plumosa... ¿qué haré? ¿volar quizá para escapar? ¿de qué? Una tarde inesperadamente me quedé mirando las hojas y se fue dibujando su

El Oficio de Profesor

Soy profesor. Es raro que hoy caiga en cuenta de ese aspecto de mi realidad que está ahí hace muchos años. Digamos que entre cargos administrativos medios o bajos, con importancia o sin ella, había perdido esa noción. La última vez que la tuve fue hace como tres años que me dí cuenta que era un profesor más bien mediocre que necesitaba mejorar lo que hacía, entregarme un poco más para alcanzar lo que un profesor se propone: que sus alumnos aprendan algo.  Claro, podría pasarme la mañana hablando de qué es aprender. Pero me conformo con decir, también mediocremente, que aprender es modificar algo dentro de uno para ver las cosas de forma diferente de ahí en adelante. Entonces mi propósito de esa época era que mis estudiantes de ingeniería aprendieran que ellos podían aprender y el mío era que yo podía hacer las cosas diferentes y buscar formas distintas de ejercer ese oficio. No sé si funcionó muy bien, creo que no. Hoy vuelvo a caer en cuenta de ese trabajo. Y lo hago de la ma

Compañera

Encontrado entre mis notas de hace algo más de cinco años... . Compañera mía; tú, con esa costumbre de cerrar puertas hasta el fin del mundo. Agorera visionaria, no sabes en realidad nada de nada. Saber se te sale de las manos. Eres adivina, presagiadora de tragedias. ¿Qué harás si algún día en lugar de una tormenta o un vendaval tuvieras que predecir una día soleado, el despertar inesperado de las flores, el alivio de una enfermedad ingente? ¿Qué harías, compañera en ese caso?  ¿Cómo saldrás de esa función de mensajera del desastre? Eres la lectora de un tarot inexistente. En las lineas de tus manos (o de las mías) no está escrito que estaremos juntos y fracasaremos, aunque tampoco está que iremos de la mano juntos el resto de los días. No está escrito ni siquiera lo que hasta ahora ha sido en la historia de los hombres. He mirado esas líneas en tus manos y en las mías y no veo en ellas el huir que va contigo. No predigas más el futuro, abraza este presente sin el cálculo y el álg

De Julio Cortázar

El futuro Y se muy bien que no estarás. No estarás en la calle en el murmullo que brota de la noche de los postes de alumbrado, ni en el gesto de elegir el menú, ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes ni en los libros prestados, ni en el hasta mañana. No estarás en mis sueños, en el destino original de mis palabras, ni en una cifra telefónica estarás, o en el color de un par de guantes o una blusa. Me enojaré amor mío sin que sea por ti, y compraré bombones pero no para ti, me pararé en la esquina a la que no vendrás y diré las cosas que sé decir y comeré las cosas que sé comer y soñaré los sueños que se sueñan. Y se muy bien que no estarás ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo, ni allí afuera en ese río de calles y de puentes. No estarás para nada, no serás mi recuerdo y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.