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Showing posts from 2010

El Salon Medellín de Edinburgh...

Hoy visité el  Royal Botanic Garden en Edinburgh y tuve la misma sensación que tuve hace un tiempo largo en Kew Gardens en Londres, los dos únicos jardines botánicos que conozco fuera de Colombia. La sensación se hace evidente por los cambios de clima entre las diferentes salas de  los invernaderos: la primera de hoy la pusimos Salon Piedras Blancas, la segunda la llamamos Salón Medellín y la tercera Salón Río Claro.  Y es que se siente el mismo olor, se ve la misma vegetación y se tiene el mismo clima (o casi) que los que se tienen en nuestros correspondientes de cerca de Medellín. Claro, faltan las hormigas, las arañas y todos los bichos, solo quedan las plantas (menos mal es botánico y no zoológico). Al rato de estar ahí uno empieza a perder la gracia porque en la memoria se recrean los sitios originales, muchos de los cuales no solo sobreviven sino que además son accesibles y aun se pueden visitar y vivir. Uno no sabe sino hasta que sale del país, realmente la maravilla de país

Tus cartas son un vino

por:  Miguel Hernández.                                                                  A mi gran Josefina adorada Tus cartas son un vino que me trastorna y son el único alimento para mi corazón. Desde que estoy ausente no sé sino soñar, igual que el mar tu cuerpo, amargo igual que el mar. Tus cartas apaciento metido en un rincón y por redil y hierba les doy mi corazón. Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme, paloma, que yo te escribiré. Cuando me falte sangre con zumo de clavel, y encima de mis huesos de amor cuando papel.

En Medellín, Cultura Metro: una Subcultura Totalitaria.

En las estaciones, en las plataformas y en los trenes escuchamos los medellinenses estribillos y esloganes, vociferados por altavoces y recalcados en afiches y letreros. Todos nos dicen que seamos de una forma o de la otra, hagamos una cosa o la otra.  Nos hablan de un "deber ser". Y ese deber ser, hemos de suponer, proviene de un alto ideal del ser humano. Solo que como errar es humano a quienes diseñan la campaña, los mensajes, las ideas plasmadas allí o, mejor, su ideología, se les olvida que ellos no son quienes sabe cual es exactamente ese ideal al que debemos llegar. Como resultado tenemos la "Cultura Metro". Un engendro en el que las personas somos cívicas, no comemos en público, no bebemos, no olemos a nada y prácticamente no respiramos. Damos el asiento prácticamente a todo el mundo; de hecho, en ese ideal, nos debemos disputar el privilegio de ceder la silla y comer chicle es prácticamente penalizado. En ese ideal estamos conscientes y practicamos la nece

Cuando el Congreso lo Dirige un Bobo.

La creación de municipios bi-nacionales es la brillante idea de quien preside el Congreso de Colombia. Uno no puede dejar de pensar el progreso que eso constituiría para el país... ah, por ejemplo, ¿quién enviaría los recursos para escuelas y hospitales, el honorable Gobierno de Venezuela?  y a cambio seguramente los muchachos de la frontera podrán estudiar la historia de Colombia sin que en Caracas les importe o parpadeen.  Quizá podríamos recaudar impuestos en esos municipios, pero ¿a dónde los girarían? y ¿según cuáles reglas se elegirían alcaldes? Y luego, por ejemplo, ¿cobrarían el IVA de Colombia o su correspondiente Venezolano? o ¿cuáles códigos se usarían para administrar la justicia?  En fin, las preguntas son infinitas. La que más me gusta es que si un municipio pasa de alguna forma a ser en parte venezolano entonces la frontera real del país sería un poco más adentro de la de hoy... lo que haría que los municipios fronterizos fueran otros y entonces los tendríamos que volve

¿Qué abogados estamos formando?

Luego de leer las marrullas y trampas entre abogados y jueces para desfalcar al Estado Colombiano, sea en Foncolpuertos, Cajanal, el Seguro Social, etc.etc. (me gustaría seguir escibiendo etc. etc. muchas veces porque son tantas las entidades), me pregunto ¿qué abogados estamos formando?  ¿Cómo no somos capaces de darles formación ética y ciudadana para que a su vez sean los líderes de un cambio cultural que necesita Colombia para derrotar la corrupción? ¿cuándo aprobamos esos pregrados que forman tramposos y ladrones?  Lo peor es que por arriba, por las altas cortes, formadas en las mejores universidades, no estamos mejor. Si se quiere peor. ¿Cómo justifican el tráfico de influencias? ¿Cómo justificar la falta de altura y el pobre discurso de la Corte Suprema de Justicia, su violación de la ley y la Constitución para nombra al Fiscal General y el abuso permanente de sus funciones? Quizá el peor desastre de la toma del Palacio de Justicia por el M19 fue la muerte de abogados que al

Lección de las elecciones...

No entiendo a nuestros periodistas y columnistas colombianos con motivo de la derrota verde en la primera vuelta de elecciones presidenciales. Si hubiera ganado Mockus nos dirían  que tenían la razón. Al perder no es que no la tengan, es que hay otras fuerzas oscuras que impiden que la verdad salga a flote... una muestra de arrogancia que difícilmente uno puede compartir. Cuando no se obtienen los resultados esperados la culpa no siempre es que los demás están comprados, son corruptos, ignorantes o faltos de inteligencia. A veces es que simplemente uno no sabe muy bien qué es lo que la gente quiere y a veces uno sencillamente no sabe o no comprende el país. Pero si hay uno no hay dos que expresen públicamente que el país quiere lo que el país quiere y que la vocería que uno se toma o le dan, no es patente de corso para predicar y pontificar. Los malos perdedores generalmente pierden por partida doble.

En busca del éxito, no de la excelencia

Hace unos 15 años, mientras hacía mi doctorado, había una red de colombianos en el exterior que nos comunicábamos por Internet y que compartíamos las angustias de quienes ven al país desde afuera, tan descuadernado a ratos, tan contradictorio y tan lleno a la vez de posibilidades y de talanqueras. En esa época hubo un gran debate en línea acerca del regreso a Colombia de la diáspora de científicos y académicos colombianos y de las razones para volver o no volver. Uno de los principales argumentos para que nuestro mejor talento, que con esfuerzo el país prepara hasta terminar su pregrado y a veces un posgrado y que luego, en su etapa productiva termina rindiendo el fruto de ese esfuerzo a países del primer mundo, era el nivel salarial. Se hacían las cuentas y un profesor universitario por la época podría ganar unos 15.000 dólares al año, comparado con salarios de 50.000 a 100.000 que podían ganar vinculados a empresas o universidades de europeas o norteamericanas. En ese sentido

¿Tiene lo público que ser malo?

Una cosa me llama la atención desde hace tiempo, a muy pocas universidades públicas parece que las cuidaran y las quisieran. Uno camina por los pasillos de la mayoría y los encuentra sucios, pintados (y no digamos con un mural de Rivera), con papeles de todas las pelambres pegados hace meses, arrancados de a poquitos y de los que ahora solo queda un pegote. Es como si su carácter de pública involucrara la necesidad de acabar con ella, como sea. Como si no hubiera la necesidad y hasta el derecho de tener esas universidades en buen estado y conservarlas así. Como si para protestar hubiera la necesidad de acabar con la calidad de las cosas. En cierta forma los edificios son parte del mensaje que se enseña en nuestras instituciones y no cuidarlos es precisamente el mensaje lamentable que damos: lo público es malo o digno de volverlo malo. Hay que decirlo, pocas universidades se salvan de tener un campus donde los baños estén permanentemente malos. En ninguna hay papel en ellos, no hay

La muerte de un escritor

J.D. Salinger murió hace un par de días. A mediados de los años 90 se regó el rumor de que  publicarían una de sus novelas y Amazon.com la iba a distribuir. Fui uno de los tantos cientos de miles que nos pusimos en lista de espera para un libro que finalmente nunca apareció, desvaneciendo las esperanzas de agregar un nuevo cuento o novela de Salinger a nuestra colección.  En Salinger sin embargo las cosas son casi siempre nuevas. Cuando uno relee uno de sus cuentos encuentra tonos y sutilezas que quizá leyó la primera y la segunda vez pero ya fueron olvidados y entonces los descubre uno por vez primera. Un autor excepcional. "For Esmé with Love and Squalor" es uno de los mejores cuentos que he tenido la fortuna de leer. Los personajes infantiles de Salinger en este cuento son quizá sus creaciones más perfectas. La descripción de la guerra que se logra en esas páginas, sin entrar en absolutamente ningún detalle, es más completa que novelas enteras dedicadas sólo a ello y