El Salon Medellín de Edinburgh...

Hoy visité el Royal Botanic Garden en Edinburgh y tuve la misma sensación que tuve hace un tiempo largo en Kew Gardens en Londres, los dos únicos jardines botánicos que conozco fuera de Colombia. La sensación se hace evidente por los cambios de clima entre las diferentes salas de  los invernaderos: la primera de hoy la pusimos Salon Piedras Blancas, la segunda la llamamos Salón Medellín y la tercera Salón Río Claro.  Y es que se siente el mismo olor, se ve la misma vegetación y se tiene el mismo clima (o casi) que los que se tienen en nuestros correspondientes de cerca de Medellín. Claro, faltan las hormigas, las arañas y todos los bichos, solo quedan las plantas (menos mal es botánico y no zoológico).

Al rato de estar ahí uno empieza a perder la gracia porque en la memoria se recrean los sitios originales, muchos de los cuales no solo sobreviven sino que además son accesibles y aun se pueden visitar y vivir. Uno no sabe sino hasta que sale del país, realmente la maravilla de país que aun hoy, después de no poco destrucción, todavía tenemos.

El hecho de tener páramos en medio del trópico, selvas que perviven en los cuatro puntos cardinales y un clima que todavía favorece que todo crezca en todas partes... hace irrelevante ir a los Royal Botanic Garden, excepto por esa sensación de que uno está cerca de casa, aunque al salir del invernadero el clima lo devuelve a uno a la realidad.  Obvio también está la arquitectura y , pero sobre todo, el ver que se toman muy en serio la idea de que esas cosas que nosotros a veces no parecemos valorar mucho son muy valiosas en realidad.

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