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El verdadero conocimiento de sí mismo no se logra sin muchas lágrimas y grandes cantidades de dolor. Luego del llanto, si te miras en un espejo, verás la poca simpatía que te tienes. Pero revuelcas para encontrar algo que te permita ver como humano eso que condenas del que está de este lado. Lo humano que encuentras está en la imagen virtual del lado que no puedes tocar. Se aprende de uno mismo cuando mirando al otro que te habita le pides clemencia o le tienes algo de simpatía, cuando no pesar. Cuando menos, aprendes a despreciar al que te tiene pesar, como te desprecias a tí mismo en el momento en que sientes eso por tí mismo. Tú tienes ese derecho, otros no. Si tuviera que hablar conmigo mismo más seguido creo que, después de unas pocas ocasiones pediría lo que la gente a veces pide: "démonos un tiempo..." como forma de irse sin que cause tanto dolor. Si alguien es el tipo de persona que, si no fuera ella y se viera venir en una calle en dirección contraria se camb...

Inteligencia, narcisismo, sufrimiento y tristeza

Un comercial que pasaban antes de las películas hace muchos años, no recuerdo de qué era, decía "never underestimate the power of intelligence". Digamos con simpleza que pensar debe servir para algo pero es más que servir es ser. Quizá si quien lee esto sabe el concepto de energía potencial en física sabrá que quizá es en eso en lo que recae ese poder, es potencial que puede, si es el caso, desencadenar torrentes, buenos o malos. Es saber que existe en potencia una capacidad de hacer algo diferente que puede cambiar el argumento, el juego, la idea, los hechos.  Pero de lo que me debí percatar también y no lo hice es una de esas cosas de la política colombiana que apenas caigo en cuenta. Cuentan que preguntó Darío Echandía, en ocasión del Bogotazo de 1948 "¿el poder para qué?" En el caso concreto, depende enormemente de en qué use uno esa inteligencia, ese potencial. Y esta duda no es para toda persona inteligente, es para mí. Voy a ser en esto un poco ramplón, ...

La gente normal

Desde que empecé a leer, y no me refiero a las frases de los libros de la escuela, sino desde cuando alguna vez decidí que iba a leer y empecé a consumir libros, empecé a odiar a la gente normal. Hoy no usaría ese término pero en su momento ese era el verbo: odiar. Quizá peor pues menospreciar está por debajo. Como digo, hoy diría otra cosa. Lo que no cambia es que lo normal (diciendo eso respecto a la la gente) se compone de cosas que no quiero para mí o peor, que encuentro ajenas, repelentes, si no dañinas y nocivas. No sé quién es la gente normal: no sé qué quieren, no encuentro nada qué decirles. No tengo forma intuitiva de relacionarme con ellos que no sea la simpatía pues son humanos, pero no hay eco en mí ni resonancia alguna con mis propios pensamientos o condición. No creo que entiendan el dolor, no creo que sepan (más allá de una sensación superficial) de la tristeza, no creo que sean capaces de comprender el silencio. La gente normal, como cualquiera, merece mi general simp...

Conocer gente

Con el tiempo se va volviendo cada vez más difícil, si no imposible, hacer nuevos amigos. Al menos es lo que he notado en casi todo el mundo que conozco y en mi mismo. Cuando uno tiene 10 años es una cosa natural, uno no es muy consciente de sí mismo ni de nada, especialmente de sí mismo, y eso ayuda mucho.  A esa edad, se tiene un principio básico de solidaridad, se es gregario casi por naturaleza y la facilidad para adaptarse y cambiar es pasmosa. Hay algunos gustos personales (por los postres, algunos juegos o actividades) pero si a otro no le gusta algún video juego nadie se lo toma como una ofensa personal y fundamento para dejar de hablar con otro y descalificarlo para siempre porque le gusta la gelatina más que el helado. Igualmente todo se facilita porque uno confía en los demás con tranquilidad más o menos hasta la adolescencia. En ese momento de la vida, "para siempre" es algo que realmente parece que fuera para siempre; las cosas no parece que se acabaran y los i...

¿Por qué sufrimos?

Una de las preguntas que me quedó pendiente del libro " Sapiens: a brief history of humankind " de Yuval Noah Harari tiene que ver con la felicidad y creo que la pregunta de esta nota también está en ese texto, no lo recuerdo y no tengo demasiadas ganas de buscarlo bien (nota mental, mejorar el rigor). En el libro se discute por qué los humanos al haber ganado más años de vida, mejores condiciones de salud, seguridad alimentaria y mucha comodidad (vivienda, salud, etc.) eso no se traduce exactamente en felicidad. De hecho, pareciera que es lo contrario, más cosas y comodidad en 70.000 años de historia humana (más o menos) se traducen en más estrés, angustias y menos libertad de hacer cosas no programadas o improductivas pero posiblemente muy buenas. Para mí, sin embargo, la pregunta es ¿por qué los humanos sufrimos? Y que es algo que no comprendo bien. Y espero sea claro que no es por qué sufrimos cuando tenemos dolor o estamos enfermos, entiendo que necesitamos un sistema ...

Perder la esperanza

Días como hoy honestamente me dejan exhausto. No de hacer mucho, no del calor, el frío o el cansancio... del hecho de estar vivo, de ser humano, de ver a otros cómo escogen ser humanos. Pero al final, solo queda un halo de hastío y una tremenda necesidad de alejarse. Los humanos escencialmente no pasamos de cosas tan elementales que sorprende que logremos mucho. Hay gente que ha estudiado eso, quizá algún día lo comente. Aún así, los avances en cualquier cosa se basan en buena medida en nuestras cosas menos altruistas y mucho más en nuestras características más tristes y desconsoladoras. Si uno pudiera leer en la cabeza de la gente o si tan solo pudiera uno leer en la de uno, si hubiera un interprete de lo que realmente y a todos los niveles nos pasa por la mente en el momento de decir algo o lanzarnos en una dirección, todos nos arrojaríamos al mar en desespero. Siempre me digo que lo primero es perder la esperanza, matar la esperanza o hacer lo necesario para que no entre en las ec...

Acerca de los Males Nacionales...

Estas reflexiones las había puesto en este blog hace tiempo pero decidí hacer algunos cambios y agregar dos o tres líneas más... --- I. Un diálogo con un amigo nos llevó, nada sorprendente, al tema de la corrupción y en medio de los argumentos y para ilustrar la dificultad de derrotar la corrupción si no es con un cambio cultural difícil, profundo y complejo, puse un ejemplo que quiero compartir. Cuando un niño inglés pierde en un juego, digamos fútbol, solo por decir algo o catapiz por decir otra cosa, una expresión común de frustración en la derrota es " it's so unfair! " es decir, es injusto. Una expresión muy colombiana de un niño en la derrota y que de adultos nos encargamos de propagar es "¡ eso es trampa! ", que puede ser dicho haciendo pucheros y todas las demás cosas adorables de los niños, pero que sigue siendo contundente. Los adultos la decimos cuando perdemos en juegos aún sin consecuencias. Encuentro en esa diferencia una forma...