Posts

Showing posts from July, 2013

La hospitalidad

Creo que debía tener unos 6 años, por la casa donde vivíamos en ese momento y porque creo que no había empezado la escuela, que era un asunto para gente más madura, como de 7. Al frente de mi casa vivía mi mejor amigo, Gabriel, y una noche de algún fin de semana (y cuando digo noche, digo la noche de los niños de esa edad en esa época y en Manizales, que podían ser solo las 6 de la tarde) estando en la calle conocimos otro chico un poco menor que nosotros. Creo que lo primero fue la empatía con él, luego nos contó que no tenía casa, que no tenía donde dormir ni vivir. En la parte de atrás de la casa de mi amigo había una casucha sin piso (o mejor, con piso de tierra algo común en esa época y lugar) y apenas cerrada del exterior. Sin pensarlo mucho reunimos unas cobijas incluidas algunas de las nuestras, organizamos una cama y seguramente mi memoria agrega de su propia cuenta que le reunimos alguna ropa también. Gastamos una hora en todo el trabajo que para nuestro ojo de decoradores

Tres poemas de Marin Sorescu

I. Contabilidad. Llega un momento en que debemos trazar bajo nosotros una raya negra y hacer cuentas. Unos cuantos momentos en que casi fuimos felices, Unos cuantos momentos en que casi fuimos hermosos, Unos cuantos momentos en que casi fuimos geniales. Nos hemos encontrado unas cuantas veces con algunos montes, algunos árboles, algunas aguas. (¿Dónde habrán quedado? ¿Vivirán aún?) Todo esto nos daría un futuro brillante - pero que ya hemos vivido. Una mujer que hemos amado más esa misma mujer que no nos amó suman cero. La cuarta parte de los años de estudio es igual a varios miles de millones de palabras forrajeras que poco a poco hemos vaciado de toda sabiduría. Y al final un destino más otro destino (¿de dónde habrá salido?) suman dos (anotamos uno, llevamos otro, quién sabe, tal vez habrá otra vida en el más allá. II. La Montaña Estoy substituyendo una piedra del pavimento - llegué a esto por una muy lamentable confusión. Pasaron sobre mí carr

Libros que te cambian

Una de esas malas píldoras de sabiduría popular dice que nadie aprende por cabeza ajena. Tomamos estas frases como la condensación del saber de la humanidad, eso puede ser (y es) muy engañador... la más de las veces solo condensan atajos del pensamiento que la humanidad se toma para no tener que lidiar con los verdaderos dilemas y adoptar decisiones sobre algo que parece sabio sin tener que pensar mucho. Esta frase en particular resulta tonta. No hacemos sino aprender por cabeza ajena, aprendemos de los demás, de lo que hicieron antes, de lo que piensan y dicen, de lo que elaboran y nos presentan permanentemente. Si no fuera por la cabeza ajena seríamos unos completos imbéciles, la mayor parte de nosotros. Yo he aprendido de libros escritos por otros. Y quiero mencionar unos pocos en particular, no recomendarlos, solo hablar de ellos porque me enseñaron en su momento cosas de mi que no sabía y de los seres humanos en general. No digo siquiera que sean piezas (pueden serlo) maestras d

Los académicos metidos en política

Hay un substrato de contradicción entre la vida académica honesta y la política, incluso la honesta y ni qué decir de la deshonesta, la que se basa en el engaño para corromper y sacar partido. Y hay algunas similitudes también que, creo, son lo que lleva a algunos a pensar que son dos mundos con cierta resonancia. Veamos. La vida académica es una vida de egos. Claro, para tener un ego primero hay que ir escalando puestos. Debes estudiar y hacerlo bien, debes probarte en buenas universidades, mostrar tu capacidad y empezar a hacer los primeros pinitos siendo profesor, siendo investigador, siendo consultor u otras cosas. Con eso vas subiendo en ese escalafón y vas logrando posicionarte ante tus colegas con el poder de tu talento o inteligencia, con argumentos o realizaciones. Y del reconocimiento va surgiendo una posición de prestigio ganado. Y de ahí o antes de ahí o durante el proceso, el ego. El mundo académico es centrado en egos: hay que ver la arrogancia y petulancia de los in

La amistad silenciosa de la luna.

Image
Sigue siendo una presencia mágica; nueva cada vez, pese a lo cotidiana, tranquilizadora, triste o al menos nostálgica, satisfactoria y a la vez nunca suficiente. Un panorama que casi siempre queremos compartir con alguien.

Los privilegios que he tenido

Ayer estuve escuchando blues por un largo rato y al contarle a alguien, me preguntó qué me hacía sentir. Me doy cuenta de que es la primera vez en mi vida en la que encuentro algo que no puedo describir completamente con palabras; algo que me hace pensar con una gramática que no corresponde al lenguaje hablado o escrito. Y que cada que escucho blues se compone una nueva frase de un libro que antes no había leído y se conforma y se deforma con cada audición. Así que siento que debo agradecer poder disfrutar de vez en cuando de ese privilegio, el de escuchar blues sin otra cosa en la mente que la música. Tener ese privilegio no es un fin en sí mismo pero, ciertamente, vale la pena hacer algunos esfuerzos para llegar ahí. Y por supuesto, se necesita algo de suerte (más de la que creo) y el amor de algunas personas (como mi madre).  De tal forma que quizá  sea eso lo primero que debo reconocer. Mi madre es una mujer de origen campesino cuya educación no pasó de 2o. de primaria pues

Despertador en las mañanas

Este es mi despertador estas mañanas... (ignoren la imagen, solo escuchen). Si todo fuera tan pacífico! ps. me dicen quienes saben que el canto principal que se escucha es de un  Turdus ignobilis  o mirla pantanera.