Las películas que no he sido capaz de volver a ver.
No me refiero a las malas, esas que uno quisiera no haber visto siquiera la primera vez o medio visto porque, para empezar, no fue capaz de terminarlas. Y de esas hay una cantidad fantástica que por fortuna no crece hoy en día con tanta rapidez como en otros tiempos, no porque no hayan sino porque me resisto con más facilidad a verlas. Digo, de esas películas que me han impresionado tanto que no las volví a ver. Una de ellas, la que más terror me produce ver de nuevo, Fanny y Alexander de Ingmar Bergman. En general el cine de Bergman es difícil de ver en primer lugar, complejo, rico, con caracteres demasiado humanos, demasiado fallidos en ocasiones, demasiado tangibles. A veces los vemos y de lo mucho que podemos vernos retratados en ellos nos distancian. No es gratuito que Bergman tomara algunas de sus obras de Eugene O'Neill. Su teatro es a su vez un estudio sobre los humanos viviendo en sociedad, mucho más rico aunque quizá aquí sea injusto, que el de Sartre en obras como ...