La mafia de las especializaciones médicas
Nadie o casi nadie va donde el neurólogo a que le inserten un pedazo de cerebro de silicona en la cabeza o a que le retiren un trozo del lóbulo frontal porque lo tienen muy grande y por ende planean mucho, viven demasiado motivados y necesitan bajarle. No niego que esos procedimientos podrían ser aconsejables... hay gente que debería bajarle y otros que quizá con silicona en el cerebro lograrían más. Nadie tampoco va donde el urólogo a que le ponga una próstata de biopolímeros porque la que tiene está funcionando mal, a lo mejor deberíamos pero no lo hacemos. Como resultado tenemos viejitos prostáticos que no pensamos bien por ahí andando, por la falta de cerebros de silicona (le podrían tirar unos cuantos circuitos eléctricos a ver qué pasa, puede que se conecten) y próstatas de biopolímeros. Sin embargo, obvio, la gente si va donde el médico a que le aumente las tetas o los pectorales, les quite el cinturón de grasa y les pula las nalgas. Y, más aún, están ...