El País de las Reuniones

Me acaban de preguntar si me gustan las reuniones. He tenido uno que otro cargo académico-administrativo y por ende me ha tocado en muchas ocasiones ir a cuanto comité existe en nuestro sistema educativo y a veces en el burocrático. Dado que he permanecido en este tipo de cargo por años se podría deducir que me gustan las reuniones. Esa no es una lógica muy buena pero como argumento de una pregunta entre amigos, sirve. En realidad hay pocas cosas que odie más que las reuniones. Los comités, los consejos, las juntas, como se llamen, son una especie de tortura refinada con la que el sistema toma venganza de quienes se meten a tratar de dirigirlo o manejarlo y tratan de mantener un formalismo tradicional y de apariencia democrática.
Uno puede ver las entidades de lo que llamaremos "EL SISTEMA" como organos con cierta independencia que de todas formas, sumados son más que la suma de las partes. Un sistema complejo dirían mis colegas de física. La agregación de entes compone un macro-organismo que tiene una cierta vida, unas ciertas reglas y una dinámica propias. Ninguna de las partes a veces sabe para donde en realidad va el macro-organismo pero de alguna forma éste va y tiene un cierto propósito y una finalidad. La finalidad es casi siempre la misma: preservarse. Para eso a veces se adapta, a veces cambia, a veces suprime partes de sí mismo, a veces crea otras nuevas. Pero el fin es el de la preservación.
Y a la preservación le sucede otro principio fundamental del sistema: hacerlo con la menor inversión posible de energía. Las estrategias varían. Cada país asume unas ciertas identidades que hacen que esos macro-organismos sean diferentes. El de Colombia tiene diversas formas de preservarse. Una es negar las realidades hasta cuando sea posible para no tener que cambiar. Ya cuando se ve que hay que cambiar inexorablemente, hará primero un cambio puramente cosmético para simular el cambio y durar aún un poco más. Si esto no funciona y las presiones para los cambios permanecen se hará un cambio de la práctica, en pequeños esfuerzos ilegales que van moviendo las reglas de interacción. Una vez esas reglas han sido todas violadas y reemplazadas por otras prácticas, se hará "el cambio". Y ahí generalmente se reconocen las prácticas ya aprobadas por la comunidad pero en términos tales que aun peramanezca la tensión, las ilegalidades, las mini-rupturas con el orden. Un pequeño sismo que alivia la tensión pero no detiene el moviento tectónico.
Y para implementar el sistema y negociar sus formas están los comités, las juntas, los consejos. Y de ahí, las reuniones. Con eso en la mente las reuniones sirven en buena parte, al menos en Colombia, para difuminar la responsabilidad. Para despersonalizarla y diliurla ("por mi estaría bien pero el comité no estuvo de acuerdo"). En el país en el que los asuntos más normalizados se tornan personales, las reuniones sirven para que la negación o la sanción no sean personales y poder tener de coequiperos a otros "pares" en la toma de la decisión. La mayor parte de las reuniones a las que he asistido en la vida sirven para que alguien que debería tener la responsabilidad y conoce las reglas no tenga que tomar decisiones solo. Son un organismo de socialización de las cargas.
Así que un comité es más o menos un ornismo que actua para disminuir la soledad del poder. Nuestra cultura ve con malos ojos a quienes toman decisiones ejecutivas aun cuando usa criterios claros, reglas claras y la razón. De un acta de uno de nuestros consejos se esperan cartas que aunque digan "no" lo dicen acogiendo las maneras y circunloquios propios.
A su favor, una reunión a veces sirve para que a uno le digan a tiempo que va a equivocarse. Pero eso es raramente. En tantas reuniones he estado en la que individualmente cada persona no aprueba o no cree que una desición deba ser A sino B. Y sin embargo el colectivo decide de todas formas la opción A porque nadie quiere parecer negativo, cositero, cicatero, demasiado legalista, etc.etc. como para hacer cambiar la decision a B. Pero siendo una decisión de comité pues suena razonable decir que fue democrática y representativa.
Entonces al final, nuestra reunionitis tiene que ver con dos cosas, la toma de decisiones y la responsabilidad que traen (queremos tomar unas pero que no nos vaya cobrar por las otras). Y con nuestra idea colectiva de democracia. Ah! la democracia, una cosa como tan simple pero tan compleja. Personalmente no creo que democracia en el fondo sea el gobierno de la razón, es más el gobierno de los miedos de la mayoría. Y esos miedos son irracionales, inexplicables a veces o rezagos de otros estados anteriores inmersos en nuestra psique colectiva. Otros sistemas de gobierno no necesariamente son mejores, de hecho me parece que son todos peores. Pero sí hay formas de asimilar la democracia que nos harían una sociedad un poco más participante e igualitaria. Sin embargo, una de esas formas, digo, no es reunirse para todo. Pienso que sería mejor hacer buenas delegaciones de poder, con reglas claras y criterios claros. Pero para acordar eso quizá nos tegamos que reunir cientos de veces y las discusiones serían tan infinitas que a mi me pesaría siquiera hacer la reflexión o la propuesta.
Las reuniones en un sentido Borgiano son como vivir un poco el cuento de Los Inmortales. Las cosas se dilatan tanto e importan tan poco que al final da lo mismo no moverse o decidir cosas tan ambiguas que en realidad no son una decisión sino simplemente un motivo para seguirse reuniendo a decidir sobre las ambiguedades anteriores.

Comments

Anonymous said…
Las poesias de Emily que te habia prometido......

A salvo en sus Cámaras de Alabastro...

A salvo en sus Cámaras de Alabastro -
Insensibles al amanecer
Y al mediodía -
Duermen los mansos miembros de la Resurrección -
Viga de raso,
Y Techo de piedra.

Final 1.
La luz se ríe de la brisa
En su Castillo sobre ellos -
Murmura la Abeja en un oído imperturbable,
Trinan los dulces Pájaros en cadencia ignorada -
Ah, ¡Cuánta sagacidad aquí perecida¡

Final 2.
Solemnes pasan los Años, Crecientes , sobre ellos
Los Mundos recogen sus Arcos -
Y los Firmamentos - reman -
Se arrojan Diademas y se rinden los Dogos -
Tácitos como puntos - sobre un Disco de nieve -

Versión de Miguel Artime







A una casa de rosa no te acerques...

a una casa de rosa no te acerques
demasiado, que estragos de una brisa
o el rocío inundándola -una gota-
abatirán su muro, amedrentado.

Y atar no intentes a la mariposa,
ni escalar setos del arrobamiento.
Hallar descanso en lo inseguro
está en el mismo ser de la alegría.





Altivez

Sólo sabemos toda nuestra altura
si alguien le dice a nuestro sér: ¡Levanta!
Y entonces, fiel consigo, se agiganta
hasta llegar al cielo su estatura.

De la vida común sería ley
el heroísmo en el humano ruedo
si no nos doblegáramos al miedo
de vernos y sentirnos como un rey.

Versión de Carlos López Narváez





Bueno es soñar. Despertar es mejor...

Bueno es soñar. Despertar es mejor
si se despierta en la mañana.
Si despertamos a la media noche,
es mejor soñar con el alba.

Más dulce el figurado petirrojo
que nunca alegró el árbol,
que enfrentarse a la solidez de un alba
que no conduce a día alguno.

Versión de José Manuel Arango





Certidumbre

Yo jamás he visto un yermo
y el mar nunca llegué a ver
pero he visto los ojos de los brezos
y sé lo que las olas deben ser.

Con Dios jamás he hablado
ni lo visité en el Cielo,
pero segura estoy de a dónde viajo
cual si me hubieran dado el derrotero.

Versión de Carlos López Narváez





Coloquio

Había muerto yo por la Belleza;
me cercaban silencio y soledad,
cuando dejaron cerca de mi huesa
a alguno que murió por la Verdad.

En el suave coloquio que entablamos,
vecinos en la lúgubre heredad,
me dijo y comprendí: Somos hermanos
una son la Belleza y la Verdad.

Y así, bajo la noche, tras la piedra,
dialogó nuestra diáfana hermandad
hasta que el rostro nos cubrió la yedra
y los nombres borró la eternidad.

Versión de Carlos López Narváez





Cuando cuento las semillas...

Cuando cuento las semillas
sembradas allá abajo
para florecer así, lado a lado;

cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;

cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.

Versión de Silvina Ocampo



Esta es una de mis favoritas!!!

Él era débil y yo era fuerte...

Él era débil y yo era fuerte,
después él dejó que yo le hiciera pasar
y entonces yo era débil y él era fuerte,
y dejé que él me guiara a casa.

No era lejos, la puerta estaba cerca,
tampoco estaba oscuro, él avanzaba a mi lado,
no había ruido, él no dijo nada,
y eso era lo que yo más deseaba saber.

El día irrumpió, tuvimos que separarnos,
ahora ninguno de los dos era más fuerte,
él luchó, yo también luché,
¡pero no lo hicimos a pesar de todo!

Versión de L.S.

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