Matar Sueños
Toda la vida soñé despierto. En especial recuerdo largos viajes entre Medellín y Manizales en los que podía pasar 8 o más horas soñando sin dormir. En la época de la que hablo estaba estudiando, Manizales quedaba más lejos que ahora de Medellín y había que pasar más de esas horas sentado en un bus para llegar o para volver de allí. Ya en los últimos lustros la acercaron pero antes quedaba muy lejos. Tomaba un bus y ya por Caldas mi cabeza iba en conocer lugares muy raros donde yo iba a ser algo así como un príncipe extraño pero bienvenido. O iba a ganar premios que hasta da pena confesar de lo importantes que eran. Pero lo más importante de todo era que allí, junto a todo eso, riquezas, fama, experiencias memorables, estaría Ella. En abstracto pues no conocía a nadie que tuviera nombre propio y pudiera ser llamada así. Luego, con el correr de los años, algunos de esos sueños ya eran algo difíciles de cumplir, incluso de soñar. Ya ni siquiera quedaba tiempo de soñarlos... ...