Chismosos

Sospecho que nadie es ajeno al chisme. En el mundo, no solo en este país desde el cual escribo. Pero de los lugares en los que he vivido por más de dos meses en la vida (y son varios), definitivamente Colombia sobresale por el nivel de chisme en el que navegamos. El chisme es esa cosa que alguien no sabemos nunca bien porqué empieza a hacer andar y al cabo de unos pocos giros se vuelve una bomba, está constituido solo de mentiras y verdades a medias, exageraciones y prejuicios que envuelven a gente, por lo general inocente, y cuya finalidad parece ser disminuirlos y hacerlos ver mal. Es hasta factible que el inicio sea con buenas intenciones o hecho con algún nivel de verdad. Pero la verdad rara vez se riega tan rápido y eficientemente. El chisme, es como un rayo: cae y se ve en varios kilometros a la redonda y luego el trueno un momento después no deja duda, además de que en no pocas ocasiones destruye lo que toca.

Desde que estaba en el colegio he sufrido historias de gente que con saña y mala intención han montado mentiras y las han propagado. Pero nunca me voy a acostumbrar. El chisme refleja lo peor de los colombianos (quizá también de algunos otros pero no de otros países que conozco). Por un lado la falta de confianza en los demás, estamos dispuestos a creer cosas que sabemos son casi imposibles y a creerlas y a contarlas a otros sin pensar y sin corroborar. Esto habla muy mal de nuestra capacidad crítica. Que fulano anda haciendo esto o aquello. Hemos visto directamente? hay evidencia así sea indirecta pero concreta de eso que hace fulano? No hace falta, otro nos dijo, lo damos por cierto, lo contamos a otro... es hasta divertido y si le agregamos un detalle o una conclusión propia de dios sabe dónde, mejor.

Y refleja nuestros prejucios e inquinas, la mala leche, cuando no el odio hacia otros. Pero no odio a un enemigo que respetamos, sino odio del que se inserta en la imaginación para buscar cómo y con qué hacer daño. Del que no para en talanqueras éticas o morales para vilipendiar si sabemos que con eso dañamos. Unido a lo anterior, que los demás están dispuestos a creernos sin pensar, estamos en el terreno fertil para dañar carreras, reputaciones, vidas.

Luego está la falta de respeto por el otro, de querer estarnos metiendo en las vidas de los demás, de querer y creer que podemos opinar sobre cómo viven o qué hacen los demás. De juzgar sin elementos a la luz de lo que nos parece sin que hayamos hecho lo más mínimo para comprobar. O peor, que aun si lo comprobáramos no tenemos nada que ver con eso, no es nuestro problema (a menos que sea ilegal). Ante no saber, en lugar de callarnos, juzgamos. Si Wittgenstein dijo que de lo que no se puede hablar, es mejor callar, somos sus enemigos principales. El positivimo lógico es nuestro enemigo mortal. Hay que hablar y especialmente de las cosas que no sabemos. Y hablar y hablar.

No puede faltar una dosis de moralismo. Porque lo que levanta chisme es la conjunción de los prejuicios con la idea de que somos superiores o de que hay cosas que sabemos a ciencia cierta que son malas. El sexo fuera del matrimonio era un favorito que ha perdido algo de vigencia, algo, no mucha. El sexo a secas entre quien sea y quien sea es algo que nos convoca, todos podemos opinar, todos nos podemos meter. No es algo que adultos autónomos hacen libremente, es algo reprensible, sancionable. Pero cualquier cosa sirve, que alguien gritó o tomó más de la cuenta, cualquier cosa. Los pecados capitales son el paradigma del chisme. Hay algo religioso en el chisme, sino lean los siete pecados capitales y verán que ahí originamos buena parte de los chismes que oímos y pasamos.

La idea de "no me importa, eso no tiene nada que ver conmigo" o "esas son cosas sobre las que no tengo que opinar, como nadie tiene que opinar sobre las mías" o "no voy a hacer juicios sobre lo que no sé y sobre lo que no tengo ni poder, ni interés, ni capacidad alguna de opinar y en las que nadie debería meterse excepto los directamente involucrados", todo eso parece ajeno a nuestra cultura. Destruimos gente inventando mentiras, contando lo que creemos como si fuera cierto, hacemos a un lado la duda, el chisme está acompañado de certezas y verificaciones que nadie hizo.

He vivido por períodos largos en países europeos y he visto la distancia que hay entre todos. La opacidad para meterse, la incomodidad para opinar sobre lo que no les importa, la mesura para invadir la privacidad de la gente. Lo siento, no puedo menos que comparar. En alguna parte siempre leo la frase de que los europeos son más tolerantes con algún comportamiento que Estados Unidos o Latinoamérica... sí, son menos moralistas, menos religiosos y menos metidos. Y definitivamente menos chismosos.


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