Noche

Vivo en un país tan tropical como ninguno. Y en un ciudad en la que el sol y el calor son el pan de casi cada día. Lo cual es contradictorio con que deteste el sol. No la estrella en sí sino la exposición, el exceso de luz y el calor. Este fin de año he pasado una semana sin sol. Al norte del círculo polar artico. Sencillamente hay un poco de luz mientras no haya mucha nubes pero ciertamente el sol no se logra ver a ninguna hora durante el invierno. Llegué en solsticio de invierno y eso ahonda la sensación de una noche continua que ha durado una semana. Amagues de amanecer al medio día y ya. El frío es el acompañante de la nieve, el viento y la oscuridad.

No aprendí a querer el sol ni voy en su búsqueda. Debo volver pero no por eso. Tampoco busco la luz exactamente. Pero no puedo decir que me quiera venir a vivir a estas latitudes. Mi relación con el sol es como que entre menos lo tenga que ver mejor.  Pero aunque me gusta, me doy cuenta que no soy tampoco del todo nocturno. Soy digamos que vespertino. Me gustan los atardeceres. Esa media hora en que ya no hay sol pero tampoco es noche. Mejor dicho mi ficha dura media hora al día. Y no existe un lugar en el que siempre sea atardecer.







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