Forjando Subdesarrollo
El subdesarrollo
Por: Cartas de los lectores
Siempre he pensado que el subdesarrollo no nos lo imponen los gringos o cualquier otro superpoder.
El subdesarrollo nos lo imponemos a nosotros mismos día a día, mala decisión tras mala decisión, en cada acto de corrupción, en cada obra mal hecha, en cada denuncia que no hacemos. En nuestras decisiones diarias de no obedecer simples normas de tráfico, en nuestras decisiones de no pagar los impuestos que nos tocan, en la decisión de cobrarle a un usuario diez mil pesos más por una carrera a Eldorado. Ahí, en esos sencillos actos, es donde labramos y forjamos con empeño nuestro subdesarrollo. Eso parece que lo hacemos bien, porque nos queda muy bien hecho: estamos eternamente en vías de desarrollo.
Para la muestra un botón, que es el que colmó la taza de mi paciencia y me llevó a escribirles. ¿Qué ciudad del mundo le propone a uno que para ir al aeropuerto principal se tenga que hacer trasbordo a otro vehículo más pequeño e incómodo faltando un kilómetro para llegar? Ninguna. Londres propone varias formas de llegar a Heathrow; la tomas en el centro de la ciudad o en una estación y te lleva a una terminal. De hecho, paran en todas las terminales. Y como Londres, todas. No en Bogotá, no en Colombia. Aquí construimos, a un costo gigantesco y, luego de robos y demoras, se pone a funcionar un transporte que va hasta... faltando un kilómetro para el aeropuerto Eldorado. ¿Qué ingenieros planearon eso? ¿Qué funcionarios recibieron qué para planear y permitir semejante estupidez? ¿A quién beneficia eso? (¿A los dueños de los taxis que inevitablemente habrá que seguir tomando?).
En esas decisiones es que nos ganamos el subdesarrollo. Esa decisión no la toma la embajada gringa, no la toma una transnacional de obras, la toman los funcionarios del Distrito y en parte el Gobierno Nacional. Y la permitimos todos como si no fuera con plata nuestra que hacen esta tontería. Mientras sigamos usando nuestro dinero, conseguido con mucho trabajo, para hacer este tipo de imbecilidades estaremos en eterna vía de desarrollo, sin llegar a él.
El subdesarrollo nos lo imponemos a nosotros mismos día a día, mala decisión tras mala decisión, en cada acto de corrupción, en cada obra mal hecha, en cada denuncia que no hacemos. En nuestras decisiones diarias de no obedecer simples normas de tráfico, en nuestras decisiones de no pagar los impuestos que nos tocan, en la decisión de cobrarle a un usuario diez mil pesos más por una carrera a Eldorado. Ahí, en esos sencillos actos, es donde labramos y forjamos con empeño nuestro subdesarrollo. Eso parece que lo hacemos bien, porque nos queda muy bien hecho: estamos eternamente en vías de desarrollo.
Para la muestra un botón, que es el que colmó la taza de mi paciencia y me llevó a escribirles. ¿Qué ciudad del mundo le propone a uno que para ir al aeropuerto principal se tenga que hacer trasbordo a otro vehículo más pequeño e incómodo faltando un kilómetro para llegar? Ninguna. Londres propone varias formas de llegar a Heathrow; la tomas en el centro de la ciudad o en una estación y te lleva a una terminal. De hecho, paran en todas las terminales. Y como Londres, todas. No en Bogotá, no en Colombia. Aquí construimos, a un costo gigantesco y, luego de robos y demoras, se pone a funcionar un transporte que va hasta... faltando un kilómetro para el aeropuerto Eldorado. ¿Qué ingenieros planearon eso? ¿Qué funcionarios recibieron qué para planear y permitir semejante estupidez? ¿A quién beneficia eso? (¿A los dueños de los taxis que inevitablemente habrá que seguir tomando?).
En esas decisiones es que nos ganamos el subdesarrollo. Esa decisión no la toma la embajada gringa, no la toma una transnacional de obras, la toman los funcionarios del Distrito y en parte el Gobierno Nacional. Y la permitimos todos como si no fuera con plata nuestra que hacen esta tontería. Mientras sigamos usando nuestro dinero, conseguido con mucho trabajo, para hacer este tipo de imbecilidades estaremos en eterna vía de desarrollo, sin llegar a él.
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