Mirando p'al techo
Estos días han sido literalmente de mirar p'al techo; al menos el inicio de las noches. El proceso empezó hará como un año cuando conseguí unos binoculares para observar aves (un poco movido por el artículo de Jonatan Franzen que traduje en este blog). De hecho, todo había empezado mucho antes. Cuando era casi niño y me gustaba cuando en casa poníamos un plátano o un banano en el patio, al lado de un pequeño plato con agua. Allí llegaban muchos pájaros a tomar y a comer y a darse un baño. Tener la visita de algún ave extraña era como un regalo efímero, un visitante ilustre a quien ofrecerle algo en una parada de una larga jornada. Todavía mantengo la curiosidad de observar aves y para ello entonces conseguí los binoculares, tengo la suerte de que por mi casa quedan suficientes árboles como para que sea interesante sentarse a mirar por largos ratos. Alguna noche tuve la brillante idea de mirar para arriba, con poca esperanza. Medellín se convirtió en una ciudad de mucha luz y mu...