Fugaz
Apareciste un medio día y luego
desapareciste para siempre.
Las mujeres a veces vienen, miran y se van.
Y dejan tras de sí una estela de aguas
turbulentas,
Espuma en el agua que quizá se disipe pero
quizá también
Dé lugar a mareas y a tormentas. Y cuando
se han ido
Y la tormenta desatado, no están para
sufrir con el naufragio.
Nos toca a los infortunados que no tenemos
otro lugar
Donde esconder nuestras miserias, aguantar
el hundimiento,
La salida a flote, la intemperie, las
corrientes
Y volvernos a poner en lista para la
próxima debacle.
No sin preguntarse ¿qué querrán?
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