Gota de lluvia

hay días como hoy en que me siento como una gota de lluvia que cae por el vidrio de una ventana no muy limpia. me abro paso entre otras gotas de lluvia. a veces uno se detiene y las gotas se aglomeran. es mejor seguir. hay que bajar. y allá abajo, al final, uno divisa un final del recorrido, puede ser un desagüe agradecido, tierra, el simple pavimento, una piedra. puede uno simplemente caer a un riachuelo que corre por un canal o una minúscula corriente que va sigilosa por la calle. ese caer es lo único que quizá da algún aliento. como las gotas, uno podría esforzarse pero el destino de algo que cae sin remedio, inexorablemente. a menos, claro, que una mano caritativa y servicial te borre del mapa y deje tras de sí solo un pequeño rastro que desaparecerá rápidamente. alguien provisto de un papel secante, un paño, la simple mano que te haga desaparecer. es posible que a lo largo del recorrido alguien reclame que ha visto destellos de luz en ti o a través tuyo, insignificancias de la luz. otros dirán que estabas arruinando su día y tarea de mantener limpia esa ventana. puede que alguien aprecie y diga que inspiraste algo. fuiste tal vez, antes de pegar contra un ventanal, parte de un conjunto que dio lugar a un arco iris, quien quita. quizá nadie limpie ni te borre y tampoco termines de caer, es posible que sencillamente todo se seque bajo algún sol implacable. puede, digo yo, que uno se evapore y desaparezca en minúsculas gotas que flotan en el aire. no sé. yo veo con ilusión seguir cayendo. ah! puede pasar que alguna de las partes moleculares que te conforman logren escapar la atmósfera o sean parte de una próxima tormenta. puede que sean parte de un torrente que mate gente o de la gota que salva la vida de algún ser viviente en algún lado. yo por mi parte me concentro en caer y deslizarme, esperanzado en que pueda desaparecer de una forma o de la otra prontamente.

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