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Pensaba que podía encontrar una similtud o metáfora con el tango "volver" de Gardel y no, no encuentro ni una. Nada que ver, no vuelvo a ningún amor ni a un recuerdo, ni a nada. Solo las estrellas son indiferentes, esas sí no fallan.

La pregunta que me han hecho y que me ha dejado sin respuesta me la hicieron cuando pedí un café espresso. La dependienta de la tienda me preguntó "¿suave o fuerte?" no supe qué decir, no entendí y sigo sin entender la pregunta.

Sigo sin entender porqué los colombianos necesitamos que alguien aprete el botón de la fotocopiadora, le ponga una gancho al documento y nos lo entregue.

Tampoco entiendo que, entre los países que conozco, este sea el único donde necesitamos que alguien pulse el botón de una máquina de café automática y nos entregue el café... y se niegue a que llevemos el pocillo para evitar usar plástico.

Igualmente me sorprende que paguemos porque los policías conversen en las esquinas (digo, paguemos impuestos que pagan sus salarios), los guardas de tráfico anden en sus motos sin parar bolas a las infracciones más flagrantes y ellos mismos cometan unas 10 por minuto y cerremos vías para que alguien monte un taller en la calle para quejarnos de que no se puede andar.

Me afecta que la gente piense que somos amables o bien comportados. Ni lo uno ni lo otro. Somos un pueblo muy violento en el día a día, muy descorteces y de comportamiento sabemos nada.

Sigo pensando que, comparadas con las europeas, las colombianas son mucho más bonitas... a toda edad. No sé los tipos, me parece que esa pelea la perdimos.

El ruido, el infinito ruido en todos lados de esta ciudad es insoportable.

El humo, el infinito humo en todos lados... etc.

Pensaba que al volver iba a comer mejor. Tenía donde estaba un restaurante más bien malo que me tenía cansado. Me cansé a los tres meses. Aquí me cansé a los dos días, no encuentro qué comer.

Y el calor, el infinito calor... ya saben.

Positivamente, no he escuchado el despacito sino una vez en una semana, lo considero un logro cultural. En Francia lo escuché no menos de 10 veces por semana.

Lo otro que no logro comprender es la burocracia, no sé qué crimen cometimos que nos tenemos que soportar esto... y no entiendo porqué si lo odiamos no lo cambiamos. O sí entiendo, es la desconfianza, la pura desconfianza.

Otra cosa que es sorprendente para mi es que nos miremos tanto...

Llevaba como siete meses sin que alguien que no conociera me pusiera un dedo encima... eso terminó cuando fui a comprar cualquier cosa y alguien me hizo a un lado (sin violencia, suavemente). Salté en mi puesto y casi doy contra el techo.

Y la dada de mano, he dado la mano más en esta semana que en los últimos siete meses juntos. ¿Por qué nos gusta tanto dar la mano? no sé, quisiera saber qué pensamos que logramos.

Otra cosa que no logro encontrar es una emisora de radio. Las logro sintonizar pero no las soporto.

Llevaba siete meses sin televisión. Sigo en eso.

Extrañaba la amplitud de mi casa, pero no los bichos. Tengo que lidiar con bichos todos los días (y no me refiero a los estudiantes o los colegas).

De todo, la vida sería mucho más fácil si hubiera menos ruido, realmente.











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