Acercamiento a una persona feliz.

Hace poco tuve contacto con alguien feliz. Nada parece salirle mal, nada parece quitarle la sonrisa del rostro, nada le produce dolor según parece. Lo confundo con la enfermedad mental, decidí huir.

Tanta perfección en las personas me parece deprimente, me siento inadecuado e imposiblemente disminuido y prefiero hacerme a un lado o mejor, tan lejos como pueda.

No intento desbaratar el entablado que crea ese estado: una visión positiva de todo, en la que todo tiene solución, nada es realmente una caída, nada realmente te hace revolcar en el lodo ni siquiera un momento. Si no hay que levantarse es porque nunca estuvimos caidos y no puedo interferir con lo que no conozco.

No siento simpatía por la persona feliz. No necesita solidaridad, ni un momento para recuperarse, no necesita simpatía.

La persona feliz es impenetrable, incomprensible, inasible, intocable e invulnerable. No tengo elementos para acercarme ni sentir como ella pues nunca he sentido algo similar.

Soy un concepto para estas personas, nada más.

Yo soy como un lugar turístico para quien es tan feliz: algo que se ve desde lejos, se visita para poder asegurarse de que se hizo el tour, con quien tomar una foto. Un suvenir de un viaje que se hace por placer y del que se traen muestras por si algún científico quiere analizar.

Mi única relación posible con las personas es a través de los faltantes, las fallas, las caídas, los fracasos y las decepciones. De ahí puedo ver a la persona, como se recupera y se comporta. De ni siquiera reconocer los accidentes de la existencia no logro sacar información alguna.

Sin lágrimas no creo que haya conocimiento de nadie. Ni de uno.

Sin conocerse en el mar de los fracasos sospecho que solo quedan la arrogancia de navegar hasta la cúspide, sin atajos, o caer sin que nadie mire. Y si uno llega a la cúspide (¿de qué?) está solo como cuando se cae sin que nadie mire. Es una vida solitaria tanta satisfacción y felicidad.

Siempre hay quien se enamore de la gente feliz, que crea que esto se puede aprender o adquirir y acompañe al feliz por un tramo en búsqueda de lo que no tiene. Eso es entendible, hay muchos lugares donde tener frustraciones, ese es uno.

Me atemoriza tanta felicidad, me hace sentir que he vivido en un vacío más grande del que ya siento. Es un vértigo y una ansiedad que no soporto ¿qué más vacío puede esto ser?

Una vida feliz y perfecta. No sé cómo se llega allí. Luego, no puedo sino dejar pasar para que otros sigan en esa dirección.








Comments

Natalia Castro said…
¡Pásate a wordpress para poderte dar 'me gusta'!

(No es en serio, pero es una forma de decirte que me gustó.)
Y perder todos mis seguidores? los dos que tengo? Es mucha gente para coordinar algo tan complejo :)
francisco said…
Hola Nelson. Por aca de visita. Hacia mucho tiempo que no me sumergia en tus reflexiones. Me encantaron!!!. Un abrazo

Popular posts from this blog

Poema de William B. Yeats

Las campanas de El Jardin, Antioquia

Huerto En Marrakech