La mentira

En alguna parte de este blog hablé sobre la verdad y lo dificil que es al menos en lo humano encontrarla y saber bien qué es. Mi problema con la mentira es un poco menos complejo, es el peor de los defectos del carácter de una persona. Porque en la mentira están encapsuladas muchos otras debilidades como la hipocresía, la deshonestidad y una lista larga.

No escribo esto gratuitamente, lo escribo porque hace solo un par de días me di cuenta de una gran mentira que me habían construido y sentí como la figura e imagen de alguien querido y hasta admirado se venía al piso. Cómo me habían inventado una historia y la habían articulado y mantenido por un largo tiempo sin necesidad alguna; como, cuando yo hablaba con esa persona, ella debía cambiar su mente hacia una realidad distinta a la que tenía al frente para mantener una narrativa  conmigo sobre algo inexistente. E inútil, que es casi lo peor. Porque decirme la verdad no hubiera sido problema real y no habría cambiado nada al final de cuentas.

Me pregunto por el momento exacto en que alguien decide que va a mentir. Lo que cree que va a lograr, sus cálculos de qué pasa si el otro se da cuenta o si eso ni pasa por su mente. Cómo van improvisando detalles para que todo luzca cercano a una verdad, el cálculo que eso lleva, la pregunta sobre qué es creíble, los detalles que considera necesarios para que todo parezca además normal. La provisión para que no se olviden los detalles. El usar el conocimiento del otro para anticiparse a sus preguntas o reacciones y poder dar respuestas prontas, como si fueran reales. Ahora, lo que es como fundamental es que una mentira es casi siempre sistemática, casi nunca se le puede mentir a una sola persona una sola vez, hay que mentir a muchas y muchas veces. Hay que estar decidido. No es algo en lo que se cae accidentalmente.

Y me pregunto a paso seguido qué pretenden. Me pongo a pensar en lo débil que luce quien miente y en lo patético de su falta de carácter ¿acaso no ven eso en ellos mismos? yo me sentiría muy débil y falto de algo importante en mi de no poder hablar directamente o no poder asumir las consecuencias de decir la verdad o al no poder a veces ni siquiera poderla confrontar. La vida del mentiroso debe ser una tortura cuando no se es psicópata. Porque está marcada por un contacto permanente con la vergüenza y la culpa, con la permanente preocupación de ser descubiertos, por el temor y paranoia de que las cosas se sepan. A menos que los otros importen poco, que generalmente no debe ser el caso curiosamente porque si alguien no importa ¿para qué ahorrarle la verdad o los detalles malucos?

En otro plano, quien miente en el fondo tiene mucha rabia y ganas de dañar (repito, excluyendo a los psicópatas que lo hacen por otros motivos). Porque tomar personas confiadas y manipularlas no es siempre tan dificil, convencerlas de toda una trama, eso no se hace si no hay un cierto placer en ver una obra completada, sin pensarse y regodearse en el resultado final del engaño, que si no fuera algo dañino para el otro no se haría de la forma como se hace. Por lo tanto, debe sentirse placer cuando el mentiroso logra mirar hacia atrás y decir "lo logré" y firmemente creo que en eso hay una sensación de haber vencido, de haber predominado y para ello se necesita cierta dosis de maldad.

Luego de todo esto trato de reflexionar sobre si hay redención. Si se puede cambiar y si hay algo que una persona mentirosa pueda hacer si en algún instante piensa que debe cambiar, que vale la pena. Como dije arriba, esto no es gratuito; entonces la pregunta que me hago es qué tendría que pasar para que yo volviera al menos a respetar a alguien que ha mentido y lo ha hecho descaradamente.

Y no soy el cristiano que piensa que todos tenemos perdón. En realidad a veces no perdono, tampoco me preocupo mucho con el tiempo de si la gente está bien o mal. Sencillamente dejo que el olvido ocupe el lugar que antes ocupaba el afecto u otro sentimiento. Tampoco creo sin prueba alguna que "la vida compensa" o alguna cosa similar que nos decimos para calmarnos y tratar de sobrevivir. Generalmente las palabras "la vida" son un reemplazo por "dios". La vida no compensa nada, la vida no es un sistema de balances. Es una cadena más bien aleatoria en que uno invierte para tratar de que no le toque lo peor pero no hay certeza de que sea así. Y quien miente, en este caso, también muchas veces termina mejor que el engañado y le va mejor. No siempre. Ahí lo único que puedo decir es que no me freno en desearle mal a nadie. Mis deseos no tienen impacto en el universo. No porque yo le desee bien a alguien a ese alguien le va bien y al revés tampoco. Como mis deseos no tienen poder alguno, puedo desear lo que me de la gana, incluido que a las malas personas les vaya mal, muy mal y tengan una mala vida. Generalmente no pasa y tampoco me amargo, porque las hago a un lado y me dedico a olvidar y a otras cosas. El odio demanda mucha energía que no tengo.

Pero bueno, volviendo  a la redención. Creo que si alguien se da cuenta que está cometiendo un error y que la embarró, por no usar otra palabra, e hizo daño, hay una cosa simple que se puede hacer. Disculparse y preguntar ¿qué puedo hacer para mejorar las cosas? al final, nadie está tan lejos de terminar en el lado equivocado de la vía solo por tomar malas decisiones, falta de experiencia, accidentes aleatorios, etc.  Así que con todo lo que digo arriba esto no parece creíble, pero es en realidad lo que siento. De un daño que la gente te hace mintiendo siempre hay una salida y puede funcionar. Solo eso, "lo siento ¿cómo puedo mejorar las cosas?" es suficiente para mi. Quizá no para volver a tener la misma imagen, relación, confianza, cariño o amor, lo que sea, pero sí para volver a pensar que tengo un ser humano al frente. Porque yo mismo he estado en ese lado de la ecuación y es lo único que me ha funcionado.


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