Resistir con el desorden

En alguna parte leí, sin datos que pueda dar para corroborar y ni siquiera evidencia empírica, excepto aquello de "parece lógico", que en América los esclavos y los nativos cautivos tenían una forma de resistir a los españoles durante la conquista: la pereza. No tenían armas ni control sobre sus vidas, pero podían hacer pereza. Podían ser improductivos y sabotear a sus amos, dañar sus planes y, en últimas, resistir.

De nuevo, no estoy seguro que eso sea un hecho histórico y ni siquiera una teoría. Pero es el tipo de cosas que uno piensa que son razonables y socialmente logrables. Una cosa que no demanda mucho y logra algo, no mucho; no es muy valiente, no necesita héroes, no demanda mártires ni sacrificios, pero es un modo de disuadir al conquistador o al matón. Hago lo que quiere pero de una forma tal que lo hace inútil, infeliz, mal y posterga su riqueza, sus planes y su codicia se ve frustrada.

Lo que ha pasado con COVID-19 a veces me recuerda eso. Tenemos un alcalde de Medellín que no es muy demócrata (a veces pienso que no es muy inteligente, pero eso es porque no me cae bien, quizá el problema es que es muy inteligente en lo que quiere, sabe usar los medios y no le importa parecer imbécil para lograr lo que quiere), ese señor nos quiere forzar a todos a dar, en nombre de la pandemia y para siempre, nuestros datos, nuestra ubicación, familia, etc. etc. De tal forma que puedan luego hacer lo que les dé la gana con esos datos, él y los que pagaron por ponerlo allí. Ya le han advertido el peligro de los empadronamientos, desde el punto de vista de la libertad y la democracia, la legalidad (hoy perdió una tutela sobre el tema) y los principios éticos. Nada se choca con su cerebro, todo pasa a través suyo sin tocarle. El de la democracia, la ética y la libertad no es un lenguaje que entienda.

Así que veo qué hacemos... ayer fui al centro de Medellín, era mi día de salir a hacer vueltas y debí pasar por ahí. La gente andaba en las esquinas, conversando, sin mascarillas, sin distancias, como cualquier día de 2019, un año muy lejano. Los policías hacían lo mismo, conversar con gente, aunque ellos sí con tapabocas, pero digamos que menos de un metro no es nada, mi hermano y, en medio de la bulla ¿cómo voy a hablar con gente si no es a menos de un metro? Porque es lo único que la policía hace en el centro de Medellín durante la pandemia, conversar. El alcalde mientras tanto, hace anuncios, impone, decreta.

Ese desorden ¿es nuestra forma de resistir los embates de un alcalde o un Estado desbordado que nos quiere además controlar cada movimiento e imponer rutinas muy lejos de la ciencia o lo debido? Me pregunto, no afirmo. Pero de nuevo, parece razonable.

Porque en poco tiempo van a abrir centros comerciales y ya insinúa el alcalde que quiere controlar quién entra o sale para "prevenirlo" de posibles contactos con personas contagiadas. Léase, tomar sus datos de movilidad, identidad, constumbres, etc. y dios sabe qué más para quién sabe qué otro proyecto de control social que se le venga a la mente. Como, digamos, forzarnos a todos a caminar en un pie pues los celulares y sus acelerómetros detectarían esa diferencia y podrían avisar si no cumplimos.

Mi decepción ayer de ver la indisciplina, el desorden, el riesgo y la desidia o ignorancia o algo así, se pasaron a cierta admiración a distancia: estamos resistiendo como ancestralmente lo hemos hecho. Preservando esa libertad que no es que a voz en cuello valoremos mucho pero que curiosamente estamos dispuestos a defender con la vida misma, literalmente.  A veces me vuelve la ira.

Vi hace poco un documental en Netflix, "Human Nature" acerca de la edición genética... y los temores de producir superhumanos, gente super-inteligente, super-atletas, super-altos, super-bonitos, etc. Y luego pensé, somos 7.000 millones mal contados y la mayoría pobres y desordenados, eso no va a pasar. La gente resiste esas conquistas con su desorden, su "sí lo hago" del Chapulín Colorado y sus compromisos a medias. Es nuestra resistencia. ¿Será que a falta de buena educación que nos permita articular y ganar esa libertad con argumentos, votos, buen gobierno, etc. nos quedamos con algo genéticamente seleccionado desde hace siglos? me refiero al desorden y la pereza.

Como todo, hay un lado más bien negativo pues ese desorden y pereza son las formas infantiles de resistir también cambios que serían positivos, respecto al ambiente, la equidad de género, la violencia y un terrible etc. Hoy solo quería explicarme a mi mismo el porqué  de la gente encima una de la otra a sabiendas que un contacto con una persona infectada les traería días de miseria adicional a la que ya viven o vivieron.

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