Invitación a resistir la virtualidad en la educación

La educación virtual es solo una solución parcial. Me quiero referir aquí a lo que esto daña. Y voy a dejar una parte de mi argumento por fuera en este escrito, para hacerlo en otro momento: el daño a la equidad e inclusión social y económica de la educación virtual.

Imaginemos, como algunos hacen, un mundo sin universidades. Donde solo algunas empresas públicas o  privadas  ofrecen cursos en línea y diplomas, según se prueben algunas competencias o habilidades y lo que hoy llamamos universidad sea solo centros de investigación y formación de posgrado. Donde no haya que ir a ninguna parte, todo sea simulado o hecho en casa o se vaya a un sitio pero allí se encuentre uno con cualquiera otro que no es un compañero, no está para discutir o colaborar en sí sino solo como cualquier otro usuario, alguien en la fila. Donde hablamos con tutores en línea pero como sucede como con las citas de médico general hoy día: hablamos hoy con uno y mañana con cualquiera. Y en el sentido de virtual, donde las discusiones todas son vía medios electrónicos y uno no le ve el rostro a un compañero o un profesor nunca o casi nunca, excepto alguna vez que por error una cámara quede abierta. En esta situación, solo se escuchan voces, se ven videos,  se resuelven problemas, se escriben ensayos y se dan respuestas en línea, enviando material y recibiéndolo, notas, algunos consejos.

Y hay que decir, ya algunas instituciones son asi, ya algunos programas son así, ya muchos profesores son así y sus estudiantes también.

¿Sería la generalización de esto ideal para la sociedad? Quizá los problemas de protestas y pedreas se acaben. Aquellos que solo necesitan "un cartón" para seguir, validar lo que saben, mejorar un salario o una posición en una empresa puedan seguir y ser lo que ya son: responsables, autónomos, productivos y disciplinados y para ellos esté bien. Y eso tiene algo de sentido. Pero ¿es solo eso lo que la Universidad provee a la sociedad? Lo dudo.

Aquí entro en conflicto con colegas muy admirados y con amigos. Por un lado porque creo que si uno como profesor universitario ve que lo único que hace es proveer una vía rápida para que los estudiantes pasen de no saber a haber estudiado y leído y dar la certificación al respecto, empobrecemos y devaluamos lo que hacemos. Porque creo que lo que los profesores hacemos en una universidad va más allá. La "ida" a un campus va más allá, la asistencia a clase va más allá.

No sé cuántas veces he escuchado el argumento falaz de que los horarios en las universidades tienen ese propósito oculto de adaptar un joven a un horario laboral y cosas así. Y eso no es el único propósito de una universidad, es aparte de todo lo anterior generar una cultura frente al conocimiento, una respuesta, una posición frente a la profesión de cada uno, frente a lo que ser profesional representa, frente a lo que es participar y ser ciudadano. Y eso no se logra o quizá a duras penas, quedándose simplemente en casa por mucha disciplina que haya.

Sin entrar en ese berenjenal, las casas y la familia son un buen lugar para educar pero no necesariamente para la educación científica o artística, no para la crítica y la confrontación de ideas y saberes. Estos necesitan un diálogo, una dialéctica que es  poco probable encontrar en el seno familiar y mucho menos en el nuestro donde las estructuras verticales de autoridad son lo predominante. De nuevo, no entrando en eso, esa postura epistemológica en mi opinión se logra en buena parte en una clase pues el asunto de la clase es crear un buen clima, una buena experiencia de diálogo y conversación y una discusión.

Un paréntesis. En ese sentido del párrafo anterior, me ha llamado la atención en la pandemia de COVID-19 y el que debo dar mis clases virtualmente, la actitud de los estudiantes. Ordinariamente en el salón hacen bulla, a veces mucha. Conversan, se mueven, van y vienen, a veces demasiado. Levantan la mano, preguntan algo. Hacen pequeños ejercicios que les pongo sin que se les controle mucho, discuten alguna eventualidad y en ocasiones salen al tablero. Le contestan a algún compañero, aventuran opiniones aunque a veces hay que pedirlas. (Un ejercicio que hago es explicar algo en el tablero y pedirles que lo escriban en palabras en el cuaderno y luego lo lean en voz alta para discutirlo y lo hacen, leen, escriben, entregan las cosas.) Y en línea a duras penas logro que haya una pregunta. Ni pidiéndoles por el nombre responden. Están siempre en silencio, pasivos, esperando, viendo... y no sé más pues no estoy con ellos. Algunos me dicen que les cuesta concentrarse o que les es imposible hablar por la bulla en casa o lo que los rodea, cosas así. Me pregunto si no es algo más, relacionado con lo anterior: en el ambiente familiar no hay independencia, no hay voz propia, predominan padres y estructuras que compiten con la que se quiere tener en clase de más horizontalidad, más discusión y más participación. Las familias esperan que los hijos callen y acepten, bajen la cabeza y no se opongan o argumenten. Esa contradicción es paralizante.

Aparte de este paréntesis, también se logran cosas cuando como profesor la pasa uno bien en su tema y muestra que lo engancha, que le gusta. Uno no disfruta hablar frente a un computador, uno logra mucho más con estudiantes presentes y siente cierto ánimo al ver que algunos estudiantes se emocionan, algunos se entusiasman, algunos se extrañan, etc. Y sí, algunos se duermen, pero en el formato virtual podríamos tener a todos dormidos o que le den fast forward al video y se pasen "la carreta" que es quizá justo lo que los ayuda a la formación de un concepto o una opinión, pues esa "carreta" puede ser el comentario justo que se necesita para hacer la diferencia entre entender y no entender o en enganchar algo con un tema de otro curso, de otra clase, de otro discurso.  Solos, los estudiantes  van a adelantar o a saltarse la carreta y se van a perder la experiencia de aprender y apreciar la ciencia o criticar una idea o conectar algunos cabos sueltos. Eso es el real valor de aprender. Y de nuevo, algunos lo logran virtualmente pero es un número más reducido. Las rutinas, eso sí lo podrán tener la mayoría, pero de nuevo pregunto: ¿es eso lo que queremos?

Es la postura del profesor frente al tema, al conocimiento, a la ciencia y a la discusión lo que le entregamos a un estudiante en clase y en una clase virtual eso se ha visto terriblemente afectado. No solo de parte del profesor y la clase hay notorio deterioro. No sé qué opinen mis colegas pero la Universidad es una experiencia que no se limita a ir a clase, es también la posibilidad de compartir experiencias y socializarlas con compañeros, otros profesores y demás (¿estoy entendiendo? ¿estoy perdido en este tema? ¿estoy yendo en la dirección equivocada? ¿es este tema más importante que aquel?) que es algo que ayuda a la autorregulación y autonomía de los estudiantes y futuros profesionales y ciudadanos (personas muy jóvenes que están progresando en este sentido). También está el poder ir a una conferencia, en recibir asesoría de los compañeros de carrera o de posgrado, de vivir la vida cultural de la Universidad, de meterse en discusiones de temas políticos, sociales o educativos que ayudan a que madure, piense críticamente, sepa sobre qué cosas necesita leer más. Y en eso y la posibilidad de consultar y discutir, por ejemplo. Los estudiantes me hacen una pregunta por email o en un chat y no tengo mucha oportunidad de ver su expresión para poder saber si mi respuesta que técnicamente puede estar bien es en realidad lo que necesitaba. No sé. No tengo como saber. Me limito a adivinar. Y en cuanto a la experiencia cultural, que no simplemente se limite a ver un video en YouTube y leer los comentarios.

Fuera de lo anterior están los apoyos que pueden recibir en la CIudad Universitaria, el almuerzo para muchos, la biblioteca, internet, mesas medianamente de en casa no tienen y otras cosas muebles o inmuebles.

Volviendo al aprendizaje... dado que trabajo en una facultad de ciencias, los laboratorios. A veces me pregunto qué idea peregrina tienen quienes pregonan que se puede simplemente ver videos y hacer informes. Por una parte porque ellos mal que bien aprendieron haciendo experimentos buenos, malos y regulares. Tocando, montando, equivocándose, fallando, teniendo éxito, insistiendo, haciendo incluso alguna trampa para que una práctica diera. Y dos porque esos mismos pregonaban ayer y pedían a voz en cuellos equipos para los laboratorios básicos. Hoy ya se puede hacer química con un frasco de azúcar y un video. O dejando caer un tornillo y un teléfono con cámara. El paso atrás que significa que ciencias experimentales no tengan laboratorios, por malos que sean (y lo son), es pernicioso. No logro poner esto con un subrayado más obvio, experimentales. Sin esas prácticas o experimentos formaremos de nuevo seres para la contemplación y admiración de la naturaleza, no para su estudio.

Debo decir una ultima cosa, la vida ciudadana. En la Universidad los estudiantes se ven confrontados con tener que compartir espacios públicos, usar servicios, tomar cosas y devolverlas, tener cuidado con las cosas de otros o de todos. Eso es algo que ayuda a formar ciudadanos. Lo mismo que el que vean gente de otros estratos socio-económicos, hagan planes y hable con gente diversa y de otros entornos y procedencias. E igual que dar opiniones y recibir reacciones de otros, eso coadyuva a una sociedad civil más igual y tolerante. Más incluyente y abierta y se cierre la puerta o al menos se confronten los prejuicios. Pero en lo virtual esto es un muerto viviente. No hay espacio para eso, no hay lugar para que estas cosas pasen realmente. No de la forma como usualmente se logra en un campus común.

Por todo ello estoy aceptando temporalmente lo virtual, pero no quiero acostumbrarme a ello.  Y porque veo a mucha gente frotándose las manos, haciendo fuerza para que esto sea el nuevo normal. Para que la educación continúe así de ahora en adelante. Una cosa es que nos dé menos miedo usar la herramienta. otra es empobrecer la educación y dañarla para beneficiar el argumento de algunos. Me resisto. Y me falta decir más argumentos sobre el daño a la inclusión y la equidad, que será en otro escrito.




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