Universidades de Centro Comercial

Coincidiendo con la discusión de la reforma a la Ley 30 de 1992 sobre educación superior y un paro de estudiantes universitarios que es bastante costoso para todos, el periódico El Tiempo (¿cuál otro?) publica una nota que nos muestra a las claras dos cosas. Por un lado, la necesidad de reformas y por otro, que la reforma presentada no arreglaría nada de lo que hay que arreglar. 

La nota versa sobre una "universidad" que abre unos programas de "maestría" en un centro comercial de Medellín. Y su tono benigno y positivo sobre esa (a juicio del periodista) magnífica idea no hace sino empeorar las cosas. He aquí la nota http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/esumer-premium-plaza-medellin-_10656385-4 para que Uds. juzguen.

Uno no sabe por dónde empezar. Primero evacuemos lo más obvio y que debemos realmente pensar. Esumer (la Institución que es objeto de la noticia y fenomenal concepto) no es una Universidad. Es una Institución Universitaria. Sin embargo, para el público, como para el entusiasta periodista, eso no importa. Nadie dice "voy para clase en la Institución Universitaria", todo el mundo dice "voy para la universidad", independiente de su naturaleza jurídica y demás. Esa es la percepción del público y a veces uno se pregunta para qué la Ley se pone en ese complique de diferenciar unas de otras si en el fondo no hay diferencia de cara al público, que es ante quien la diferencia debe ser clara. Es más, esas Instituciones Universitarias igual presentan "grupos de investigación" y ahora tienen maestrías... en un centro comercial.  "Hijo, cuando vayas a la universidad me compras por favor la piyama que fuimos a ver el domingo", diría digamos una madre que envía a su adorado a estudiar. Y en ese sentido la pregunta es si la educación es un bien transable como cualquiera y si le hemos por fin quitado por completo el velo y ya somos frenteros con que eso simplemente es una cosa que se compra y se vende en un centro comercial.

La ignorancia del periodista sobre este tema es tal que abruma. Pero el pobre es solo eso, un periodista, no es que tenga el deber de investigar si es viable tener una maestría en un centro comercial. Para nada. No tiene la responsabilidad de averiguar nada para informar con profundidad o hacer las preguntas difíciles, no, es solo un periodista. Sin embargo, las preguntas difíciles no son difíciles de encontrar: ¿dónde queda la biblioteca? (¿serán las librerías que funcionan en el centro comercial?), ¿los espacios para cultura, recreación y deporte? (quizá el área de juegos infantiles, entre clase y clase de maestría los estudiantes juegan en la piscina de pelotas, no sería mala idea y algo de envidia me da), ¿dónde están las salas de cómputo y las oficinas de los profesores?, ¿las conferencias de investigadores invitados se hacen en el hall del centro comercial como las misas de los domingos?

El Decreto 1295 de 2010 contempla numerosas condiciones que tiene que tener una Institución para un programa, máxime de maestría que por ahora, antes que lo eliminen en la reforma planteada por el Gobierno Nacional, tiene que tener investigación. Entre otras, las que están mencionadas en las preguntas del párrafo anterior y otras más como ¿dónde se investiga en una institución así?  para abrir la maestría tuvieron que mostrar grupos de investigación y uno se pregunta para un visitante al centro comercial si no será un poco raro ver "Variedades ABC", "Confecciones DEF" ... "Grupo de Investigación PQ". 

Sin embargo, si uno lo piensa bien, ninguna de las condiciones del mencionado decreto real y directamente pregunta por la dignidad de la institución y sus símbolos e identidad (muchas veces representados en sus edificios, tanto que a veces el edificio se convierte en el logo de la Institución). Es decir, eso está implícito pero nadie lo pone en esos términos. ¿Hemos llegado a trivializar así la educación superior que la podemos hacer literalmente en cualquier parte? o ¿hemos llegado a deificar así a los centros comerciales que no solo vamos a caminar a ellos, llevamos a los niños a jugar, vamos a comprar, mercar, a cine, a misa, sino que ahora vamos a estudiar? Los colombianos deberíamos buscar hondo dentro de nuestras almas.

Tuvimos por un tiempo la "Universidad Chevrolet". Ahora tenemos la "Universidad Centro Comercial XYZ" a su disposición... no falta sino un letrero que diga "promoción, pague un diploma y lleve dos". Esperen! eso también ya casi existe en Colombia.

Pensemos verdaderamente como país qué universidades queremos y luego hagamos una Ley para eso, no al revés, hacer una Ley y luego ver qué resulta. Porque la presente reforma a la educación superior en discusión no arregla ninguno de los problemas implícitos o explícitos en esta nota.

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