Manizales, el aguante y el agua.


Nací en Manizales y vivi allí. En cuanto pude, me fuí y eso fue hace como 30 años. Una de las razones que hoy sé, pero que en mi juventud al partir de allí no podía articular de esa forma, es precisamente mi imposibilidad de convivir con el pensamiento que se refleja la carta que publicó el periódico El Espectador http://elespectador.com/impreso/opinion/columna-308054-proposito-de-tragedia-manizales sobre cómo los manizaleños encaran el problema del corte del servicio de acueducto por falta del adecuado mantenimiento y funcionamiento de sus plantas de tratamiento, unido a un infortunado accidente en una de ellas. Esa filosofía se resume en una frase muy común en Manizales: "sufrir con paciencia y renegar pasito" y que encarna justamente la actitud que el corresponsal pretende sea un estándar. Nada más contrario al buen funcionamiento del Estado y sus estructuras. Los ciudadanos no tenemos que conformarnos con servicios de segunda ni con soluciones u obras de tercera. Nuestros impuestos y nuestros recursos demandan personas, inversiones y obras de la mejor calidad y debemos como ciudadanos velar porque así sean y se hagan. No quedarnos pasivamente a esperar lo que venga por falta de previsión y luego con resignación cristiana sentarse a aguantar con verraquera y dejar todo así.


Antes las cosas se pensaba que se hacían por la caridad del Señor o de los políticos si uno hacía lo que ellos querían (el Señor o el político, pues ambos demandan que nos manejemos bien) y que básicamente es aguantar como Job y no protestar, dejar hacer y dejar pasar lo que uno u otro mandan o quieran hacer. Dios parece experto en enviar tragedias y los políticos también (extraña coincidencia). Sin embargo,  algo ha cambiado, tanta paciencia, que el corresponsal de El Espectador parece añorar y yo no, ya no hay y debería haber quizá menos. Los ciudadanos tenemos derechos, elegimos personas a cargos y éstos tienen responsabilidades y deberes. Y cuando no los cumplen deben ser cambiados y luego, si es necesario, procesados disciplinaria o penalmente, si hay méritos. Lo que añoran algunos, menos mal, ya no es posible. Ahora hay al menos una semilla de una ciudadanía que no escoge élites para gobernar como les da la gana y no cumplir sus deberes y, aunque a veces fallamos en ese control, una mínima función que sí tenemos es la de buscar a los responsables cuando las cosas salen mal, eso no es ni será contrario a lo que debe hacer un ciudadano, todo lo contrario, es una de las funciones de serlo. Enhorabuena si algunos de mis conterráneos hoy reclaman lo que hace 30 años dejaban pasar con resignación y paciencia.  



Aunque claro, el resultado electoral para la Alcaldía de Manizales no da mucha esperanza de que dicha demanda de buenos administradores públicos sea extendida en la ciudad... 


PS. Justo hoy, al poner esto en el blog, salió esta columna de Hector Abad. 
que es menos benigna...

Comments

Popular posts from this blog

Poema de William B. Yeats

Las campanas de El Jardin, Antioquia

Huerto En Marrakech