La Boberia como Propósito Universitario

La semana pasada tuvimos la fiesta que desde hace tiempo se venía preparando: un verdadero concierto de bombas, explosivos, gases lacrimógenos y todo tipo de ofensas físicas al espíritu de la razón que es supuestamente el sustento de la Universidad (de Antioquia en este caso, pero en general de todo lo que es la Universidad como forma en que la humanidad organiza sus saberes y los promueve).

Pero lo que da más tristeza es la respuesta de todo el mundo en posición directiva a este problema de la violencia en las Universidades Públicas en Colombia. El portal de la Universidad de Antioquia hoy dice "Universidad, te quiero sin violencia". Y es esa visión mamerta y lagarta de la convivencia la que mata toda posibilidad de acabar con las violencias universitarias. Esa visión que Belisario Betancur tenía de que pintando palomas vamos a lograr la tranquilidad y que en el pasado nos ha llevado al ridículo de "un abrazo a la universidad", plebiscitos en donde se pregunta si la constitución es válida en el campus y otras lamentables y realmente tristes demostraciones de ignorancia y falta de agudeza intelectual de parte de quienes son los responsables de dirigir la Universidad. Nos reducimos a un slogan y nada más, a muestras vacías y carentes de contenido con las que entonces nadie se identifica realmente (no hay nada con lo cual identificarse porque el vacío no es algo con lo cual podamos identificarnos, por definición el vacío es eso, nada) y por ende nadie decide poner algo de cuenta propia para remediar las situaciones de violencia en los campus. Y si la gente no decide poner algo de sí la solución está lejos.

Eso es lo que pasa cuando esto se le deja al departamento de comunicaciones o al de relaciones públicas la respuesta a problemas estructurales, porque no hay un rector que sepa escribir un párrafo y defender un argumento. Nos quedamos en la superficie: decimos "Universidad, te quiero sin violencia", ponemos la pancarta (¿cuánto cuesta?), hacemos las camisetas (yo quiero una pero ¿cuánto cuesta? y ¿quién da la plata?), decimos la consigna y nos llenamos de ternura o de indignación y luego nos vamos a casa o a la oficina a seguir haciendo lo mismo, echándole la culpa a otros, bajando la cabeza calladamente y dejando actuar a otros. No necesitamos héroes que enfrenten a nadie físicamente. Solo liderazgo intelectual y ético.

La palabra vacía, ese debería ser el slogan de las directivas universitarias colombianas. Es lo que han hecho desde hace mucho años: desarmar la palabra para volverla inofensiva a través de la práctica. Si todo lo que digo carece de significado real, si todo lo que dicen los medios universitarios carece de fondo, si todo lo que "reflexiono" sobre la Universidad no tiene contenido ni fondo alguno o sustento intelectual, entonces todo lo que digan otros se vacía a su vez de contenido, significado e impacto. La trivialización como meta, para deshacerse y corregirse, demanda procesos extremos que no son los de Higuita: cirugía de naríz o eliminación de párpados caídos, son cirugía extrema de reemplazo de cerebro.


Comments

Popular posts from this blog

Poema de William B. Yeats

Las campanas de El Jardin, Antioquia

Huerto En Marrakech