Tortugas y Serpientes de La Guajira y su Expolio.

En alguna parte de mi formación en la escuela o el colegio me quedó claro que los dinosaurios por alguna razón injusta se habían negado a vivir en Colombia. Aquí no había fósiles qué mostrar o los que había eran unas cosas diminutas que no impresionaban mucho. Como muchos de mis compatriotas, los dinosaurios habían preferido nacer, vivido en países desarrollados o emigrado a ellos... lo cual no se entiende pues hace millones de años toda la tierra era igual de subdesarrollada o desarrollada (depende como se le mire). ¿Cómo adivinaron los dinosaurios que debían vivir en otros países para poder salir en los museos?  creo que esa pregunta hubiera ganado un concurso de ciencias de cuando yo era estudiante, si los hubiera habido. 

En parte porque puede ser que la pregunta tuviera algún sentido, los dinosaurios vivieron en las llamadas zonas templadas, evitando el trópico. O no. No tengo idea. 

Por lo anterior me produjo cierto orgullo nacionalista de lo más mezquino el saber que en La Guajira habían encontrado restos de una serpiente gigante, la más grande nunca vista. (Ah! Adan pudo vivir en Colombia, evitando a los dinosaurios de las zonas templadas.) En fin, era emocionante saber que nuestro pasado paleontológico no era tan pequeño como los fósiles de Villa de Leyva (por emocionantes que sean). Por fin había huesos gigantes como esos que uno encuentra en el Museo de Historia Natural de Londres y lo dejan con la boca abierta a uno. Esta semana nos dimos cuenta que además había en esos lados del Cerrejón una tortuga también gigante, como ninguna vista y por supuesto mi intelectualmente empequeñecedor orgullo nacionalista se me salió de nuevo. Viva la prehistoria de Colombia.

Todo sería bueno si no es porque mi nacionalismo (que deja mucho que desear en todo sentido, a los nacionalistas les parecerá insuficiente y a los internacionalistas les parecerá mezquino) se viene al piso al saber cómo, quienes y qué pasa con esos restos fósiles: son de los países templados. Nuestros ancestros vertebrados se vinieron de allá pidiendo refugio tropical; quizá como las serpientes y las tortugas andan medio pegados al piso, aquí evitaban las pisadas de los megasuarios esos que se fueron al norte. (Es solo una hipótesis.)  Y nosotros luego de los siglos de los siglos los deportamos... habráse visto.

Las razones son múltiples. Y todas tristes. Una es que no tenemos en Colombia un solo museo de historia natural decente que de cuenta de investigación en paleontología y tenga espacio para alojar estos restos, estudiarlos y ponerlos en exhibición cuando eso termine. Ni uno. Tampoco hay un solo programa de Paleontología en las Universidades colombianas y a Colciencias creo que el tema ni le interesa. Eso no avanza la innovación, dirán (es solo otra hipótesis). En otras palabras, el desdén es imposible que sea más grande.

De otro lado, está el expolio. Lo de la serpiente se supo cuando la serpiente estaba en el Smithsonian. Ya estaba allá. ¿No hay unas leyes que prohíben el expolio de los restos históricos de la nación? Si está prohibido sacar el poporo quimbaya ¿por qué no está prohibido sacar del país nuestro remoto pasado jurásico? (puede ser precámbrico pero para el efecto del argumento da lo mismo). ¿No son parte de lo mismo? 

Ahora lo de la tortuga igual, se supo de ella cuando ya vive en USA. Ya tiene visa de residente. A nadie le parece importar eso nada. Creo que México no permitiría que se le lleven un huesito de un mini dinosaurito que haya sido encontrado en suelo suyo. Nosotros no solo lo permitimos sino que lo facilitamos y si eso es poco, lo celebramos. Es un colombiano más que "triunfa en el exterior". La serpiente y la tortuga gigantes lo lograron... viven en las zonas templadas del norte. No importa que en vida hubieran querido el trópico, ya por fin encontraron su verdadero sueño colombiano, vivir en el exterior. Y es que tristemente ese sigue siendo nuestro referente: si los de afuera se emocionan con algo nuestro entonces es que vale la pena estar orgulloso y lo mejor que podemos hacer es propiciar que se lo lleven. Si fuéramos una persona diríamos que qué tipo tan inseguro. (O insegura, no quiero ofender a nadie.) Somos un país inseguro, si no nos lo celebran otros es como si no fuera válido. 

Los casos de la tortuga y la serpiente están ambos mediados por colombianos que trabajan para universidades y entes de Estados Unidos. El Smithsonian ha sido dirigido por una persona nacida en Colombia y la persona que se llevó los restos trabaja en el Smithsonian de Panamá. Y quienes notaron los restos, seguro ingenieros de El Cerrejón o geólogos, también muy probablemente son colombianos, como colombianos son los que escriben maravillas del expolio. 

Yo no escribo maravillas de ese robo en nuestra cara. Siento mucho el nacionalismo mentalmente pequeño que transpira esta nota, pero no, no me parece bueno. Colombia tiene que poder tener un buen Museo de Historia Natural, siquiera un programa de investigación paleontológica en alguna buena Universidad y recursos para resaltar una parte del pasado de este suelo que es parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos como país, que se debe volver parte de nuestra historia, que nos muestre que los dinosaurios no son exclusivos de Europa, Estados Unidos o Argentina sino que hay aquí un pasado rico y valioso, quizá no solo para nosotros sino para la humanidad, pero que estando aquí somos los llamados a estudiarlo, conocerlo y divulgarlo. 

Comments

Fernando said…
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