La pérdida de talento


Hace unos días fue la ceremonia de graduación de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Antioquia. El país, la región, podrían contar con unos profesionales formados en disciplinas de ciencias básicas dispuestos a acometer la solución de problemas de todo tipo. Teóricos o aplicados, de química o física, formales o no estructurados. Esos muchachos han pasado más de cinco años en promedio en esta Universidad y el Estado ha invertido por cada uno un promedio de 60 millones de pesos en sostener su formación y que se usan para pagar profesores (150 personas con doctorado en esta facultad), grupos de investigación (varios de los mejores del país) e infraestructura (varias de los mejores laboratorios de docencia e investigación con que cuenta Colombia). Es una inversión considerable, especialmente porque son muchachos en general de estratos bajos. 

Sin embargo, el futuro se nos va. En efecto, a la Maestría en Física de nuestra Universidad se presentan 1 ó 2 candidatos por semestre, cuando graduamos unos 8. Algunos vienen de fuera de Medellín. ¿A dónde van nuestros egresados? la dura realidad no es que se vinculan al mercado laboral nuestro, no se están vinculando como docentes a otras Universidades, se están yendo a Brasil y México. Allí obtienen becas para maestría que aquí ni siquiera sueñan. Con lo que obtienen en ambos países pueden estudiar y vivir los dos años del programa y lo que es más importante aún, tienen doctorados abiertos una vez terminen, a veces simplemente van directo a los doctorados. Nuestros doctorados en la Universidad también tienen un déficit crónico de candidatos.

La pregunta es ¿por qué se van?  No es muy difícil encontrar la respuesta, de hecho ya la dije: becas. Estos muchachos en Colombia tendrían que trabajar muchas horas de la semana para poderse sostener en un posgrado local. En México y Brasil solo tienen que estudiar. Lo que no he dicho es que este estado de cosas se produce por efecto de la no existencia de una política de Ciencia y Tecnología real que apoye a nuestros mejores talentos de forma decidida y sin cortapisas. Nuestro sistema es cicatero: para dar una "beca" pedimos unas contraprestaciones excesivas, pedimos unos compromisos leoninos que los estudiantes no encuentran en otras latitudes. Por eso se van. Y quizá valga la pena que se vayan, siempre y cuando otros vengan. Nada es más nutricional para la ciencia que el libre movimiento de su capital humano. Pero nadie viene. No tenemos estudiantes de Centroamérica o Ecuador. Aquí no llega nadie de México o Brasil a hacer una maestría o un doctorado. 

De esa forma nuestro mejor talento se está yendo. Y no está regresando. Estos muchachos encuentran mejores empleos y oportunidades en otros lados. De nuevo, no tenemos un sistema que esté organizado de forma adecuada para promover la investigación, mejorarla y volverla el pulmón de nuestros sistemas de Innovación. Cuando hablamos de innovación nos limitamos a listar los edificios que construimos para ello... pero nadie parece hablar del capital humano. Una cosa más, muchos de estos estudiantes prefieren esperar hasta encontrar becas doctorales en el exterior a tomar las ofrecidas por Colciencias. Ésto de nuevo porque las condiciones son tales que su carrera queda congelada si llega a pasar algo (y la vida está llena de cosas que pasan) mientras en una beca del exterior si llegan a tener problemas lo peor que puede pasar es que tengan que regresar y nada más. 

Algunos de nuestros mejores doctorados en Ciencias y Matemáticas no tienen prácticamente egresados. La razón: todos los estudiantes se van. Ese estado de cosas no puede ser sostenible. Es mucho más barato para Colombia invertir en ofrecer oportunidades y atraer buenos candidatos a la ciencias y las matemáticas, pero no en el corto plazo. En el corto plazo nuestros dirigentes, todos, todos en su totalidad tienen una visión cortoplacista inaudita que frena la generosidad que los programas de becas deben tener. Vale decir que México y Brasil nos llevan una ventaja enorme no solo en lo directamente relacionado con ciencias (las publicaciones) sin en innovación. Y ahora para lograrlo se llevan nuestro capital humano y en Colombia esto no parece preocuparle absolutamente a nadie. Aquí lo que nos preocupa es escribir normas, leyes y hablar, hablar mucho del tema, sin hacer algo concreto.  La pérdida para el país y las regiones es enorme si no se cambian rápidamente las políticas que están dejándonos sin futuro científico.

Perdemos mar territorial con Nicaragua, pero eso no sería tan terrible si tuviéramos otras formas de recuperar la riqueza que se pierde. Pero no las tenemos entre otras cosas porque nuestro mejor talento rara vez vive aquí y se dedica a eso.

Comments

LUIS FERNANDO said…
Saludos Profesor. Sería muy interesante, conocer su opinión acerca de Ruta N y del centro para la cuarta revolución industrial. Personalmente, creo q ese par de intituciones, por llamarlas de alguna manera, son solo oficinas burocraticas.

Me agradan mucho sus escritos.

Gracias por el comentario... Pensaré en el tema.

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