La memoria y el ejercicio de crecer
Quizá no sea del todo coincidencia, pero esta semana leí una de las primeras poesías que escribiera Borges; el último verso, hablando de Buenos Aires, dice Esta ciudad que yo creí mi pasado e s mi porvenir, mi presente; los años que he vivido en Europa son ilusorios, yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires. Hoy que caminaba por mi ciudad de la niñez me vi invadido por la multitud de recuerdos que me trae la ciudad, el mapa de las calles se superpone con el de las emociones que despiertan. Creo que entiendo a quienes no quieren volver jamás a la ciudad donde crecieron, puede ser agobiante. Me desvié por una calle que conducía a uno de los vecindarios en que viví; el frente de la casa está casi igual aunque mucho más decrépito. Lo que ha pasado con todas esas personas que la habitaron es un misterio. La enfermera que vivía en el primero y cuyo cuerpo despertaba todo tipo de fantasías en mi mente adolescente, a pesar de tener tres veces mi edad, el estudi...