Juanpa el matemático
Sr. Presidente,
En nombre de los
niños de este país, especialmente de aquellos que salimos tan mal en las
pruebas Pizza o Pissa o Pisa o como se llamen, que no damos pie con bola, no
tenemos las mínimas competencias en esa área tan complicada del saber y a los
que todo eso nos parece un reino de otro mundo con un lenguaje totalmente incomprensible,
accesible solo para el tipo del salón que se apuntan a todo, hasta para cantar en
el coro, le doy las gracias.
Ahora que Ud. es
dizque profesor de matemáticas y va de escuela en escuela dictando su cátedra,
esto se va a arreglar. Lo vi en una
foto, en camisa y sin corbata (¿qué profesor de matemáticas usa corbata?), en
frente del tablero, marcador en mano... pensé "juemadre! hay una escuela
con tablero blanco y marcadores!" Otras que he visto en otras partes o no
tienen tablero o usan pizarrón para tiza o simplemente escriben en la arena.
Pero esta tenía su tablero bien vacano. Y me pregunté, perdón la mala sangre,
si sería que Ud. donde llegaba a dar su clase portaba su propio tablero debajo
del brazo, lo instalaba y salía con él al otro día para otra parte y a salir en
la foto todo elegante. Pero repito, qué pena por pensar mal.
Lo otro que me
pareció como chévere del asunto es que Ud. dicta una clase. Mejor dicho, da un
curso en un día o algo así. Y eso es mucho menos cansón que este otro profesor,
el que viene todos los días y nos martilla con esas mismas frases diarias de
que estudien, hagan una tarea, no olviden el dos al cociente, que fraccionarios
y que no sé qué; todo porque, Juanpa, tengo que confesar que, excepto algunos
nombres de algunas de esas cosas, cuando veo los números, éstos me conversan.
Me equivoco, ojalá me conversaran, simplemente no me hablan, rompieron toda
relación conmigo. Sin embargo, Ud pues no deja tarea o si la deja pues no va a
volver a revisarla, o sí? (diga que no, plis!)
Además Dr.
Profesor Juanpa, vacano que esto no lo dicten profesores. Mejor que cualquiera
que pase por ahí venga y nos dé una clase. De pronto así aprendemos de la
verdadera escuela de todo: la vida. El pobre profe de mate para toda la escuela
llega en la semana, todo modesto y a pie; en cambio Ud. llegó en helicóptero,
con unos manes todos armados. Sospecho que a Ud. le pagan mejor. Me imagino que
la hora del profesor que Ud. desplazó para dar su clase Ud. se la va a pagar de
todas formas y que en ese tiempo lo puso a verlo cómo dictaba clase un
verdadero profesor y cómo realmente es que esto se hace. De pronto aprende.
Mañana veremos los resultados de esta intervención, este profe va a conseguirse
tres o cuatro campesinos que le hagan de escolta, se va a poner un Armani y va
a llegar al menos en carro, rodear la escuela y luego, tas! clase de un día y
adiós. Confieso que eso me parecería muy vacano, el adiós; qué man tan cansón.
Déjeme le cuento.
El tipo es que todos los días inventa bobadas y nos trae algunos juegos con
cartulina dibujados con marcador, de vez en vez usa alguna figura por ahí
recordada en madera toda roída, porque con las humedades de este colegio todo
se lo come el moho. Ahora que Ud. seguro nos deja tablero le va a tocar comprar
marcadores. Yo no sé si es que es tacaño o si es que es muy pobre, pero no
compra materiales así bien elegantes como los que uno supone que Ud. usa. Lo
digo porque la escuela no la pintan hace siglos y supone uno que no van a traer
tanta televisión para ver una escuela toda acabada.
Lo otro Juanpa
Doctor, es que lo más práctico para este país sería poner a ministros,
gobernadores (¿qué tal el de Antioquia en clase de bloques lógicos?), alcaldes,
Senadores (chévere Uribe en cátedra ciudadana a dúo con Claudia López),
gerentes de empresas (el man de Pacific en cátedra ambiental). Así de pronto la
educación se arregla y si además Uds. le dan el manejo de todas esas vainas a
los profes de hoy por un día, quizá también se logren arreglar otras. O no.
Pero sería muy vacano el experimento, además que con lo que Uds. se ganan en un
día pues le dan al profes el salario del mes o del año y esos tipos lo
necesitan. Pero yo que sospecho que si mi profesor pasara por el Palacio de
Nariño no le dirían que entre y sea Presidente media hora para que Ud. vea como
se hacen las cosas... disculpe que divague, es que se me va la imaginación para
otra parte pensando en las posibilidades de un país en el que a la gente le
reconozcan y respeten lo que hace, especialmente los políticos.
Uno donde un
político no crea que puede llegar a sacar al profesor de clase y pensar que eso
reemplaza una verdadera política educativa. Juanpa, te espero ansioso a ver si
aprendo algo.
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