Seguir siendo ignorantes (y II)

Continuando con el tema de mi post anterior, hay una cierta comodidad en seguir como uno está, así no sea muy bien. En particular porque cambiar es casi siempre difícil. Un libro que no dudaría en recomendar a casi nadie se llama "The power of habits, why we do what we do in life and business". En él, el autor nos lleva por varios caminos y ejemplos a una dura conclusión, los hábitos nunca se pierden. Se pueden cambiar por otros y se pueden digamos que dejar de lado pues los nuevos pueden quedarse (y volverse viejos), pero los más viejos son casi imposibles de abandonar del todo (pueden volver en cualquier momento, que lo digan los que dejan de fumar o de comer mecato o los que dejamos de comernos de las uñas). Por eso aprender es difícil: hay que pensar distinto, hay que reaccionar distinto, hay que proveer respuestas nuevas, enfrentar dilemas nuevos que nos hacen sentir inseguros. Y ahí el hábito de cómo hemos resuelto cosas anteriores similares se vuelve fundamental. Y ahí es donde es importante crear nuevos hábitos (mejores para uno), para responder y solucionar situaciones nuevas.

Le pregunté a mis estudiantes de mecánica cuántica si ellos se consideran a sí mismos científicos. Las respuestas fueron disímiles. Mi pregunta tenía que ver más con si ellos creían que pensaban como científicos o no. Entonces la conversación se volcó sobre qué era pensar como científico. Mi aproximación al problema es que pensar como científico significa integrar (volver hábito) la aproximación científica a cosas incluso de la vida diaria y del acontecer cotidiano. Cambiar la forma de ver, valorar, incluso hablar de las cosas. Mi pregunta se refería a que si la ciencia se les había vuelto un hábito, unas nuevas gafas con las cuales mirar el mundo. La pregunta no es trivial.

Una vez alguien me explicaba que no tenía celular porque siempre los botaba. Había botado cuatro, me dijo. Entonces se me salió el profesor y  le dije que no podía afirmar eso. Que solo cuando botara unos 30  podría decir que "siempre boto los celulares", y eso únicamente con un 97% de confianza, más o menos. Que es un ejemplo de cambio de una cosa habitual y una conclusión puramente humana (he botado cuatro celulares, conclusión: siempre los boto) a una científica. Científicamente "siempre" es algo bastante difícil de probar. Lo correcto sería decir, "tengo una tendencia a botar celulares" pero no mucho más. Mejor aún, científicamente, si botas 30 celulares podrías decir que "no está 100% descartado que todo celular que tenga lo voy a botar" y en realidad nada más. Es el problema de la hipótesis nula que es la verdadera diferencia (en el fondo, en alguna versión de la misma) entre ciencia y creencias religiosas o mágicas.

Volver hábito algo tan complicado como el pensamiento científico tiene varias consecuencias... una, la gente te deja de hablar. Dos, dejas de creer. Tres, todo el mundo te encuentra pesado. Cuatro, no consigues ni amigos, menos novias. Cosas como el amor dependen de la fe, de olvidar ese rigor y dejar que los neurotransmisores hagan su trabajo, fin.

Volviendo al tema. Reemplazar algunos hábitos de pensamiento es muy complejo y difícil. Por ejemplo, da para que un alcalde salga y diga que prohibir la circulación de automóviles hizo bajar la contaminación. Eso es difícil de probar, podría decir algo como, perdón la repetidera "no está descartado que bajar el uso del carro tuvo una correlación con la baja en las partículas contaminantes de x tamaño". Nada más, no suficiente para tomar decisiones de largo plazo, ni de lejos. Pero alcaldes, la gente, mucha gente, piensa que "se escuchó a la ciencia". Más falso imposible. Pero no hacerlo lo hace ser a uno impopular, ver párrafo anterior.

De nuevo, volviendo al tema: preferimos seguir como estamos, apegarnos a nuestros esquemas de pensamiento, sacar las mismas conclusiones. Todo lo que nos rodea nos las confirma así no esté ni relacionado. En otro libro que recomendaría sin la menor duda a todo ser humano "the believing brain" el autor nos pone de frente con esa realidad y nos ilustra sobre estos problemas de pensamiento científico vs. pensamiento para cada ocasión.

Y por lo anterior, la ignorancia es un lugar que es duro de abandonar. Así nos presenten con conocimiento. Vemos a personas como el presidente de USA o los líderes del Brexit para no entrar en cosas cercanas... todo su discurso se basa en eso: no escuche verdades que no coinciden con lo que Ud. pregona, vaya contra ellas, otros están contra ellas como Ud. y como son muchos el lugar será raro pero no solitario. Ud. es parte de un grupo, de una manada. La manada tiene un líder y Ud. no tiene que pensar ni preguntarse nada, la verdad está clara en el discurso que todos coreamos. Es un lugar cómodo, un hábito. Por eso el mundo tiene un tiempo muy duro por delante, el tiempo de la no-verdad que se vuelve verdad para comodidad de todos. El tiempo de las falacias fáciles de creer y cómodas. de seguir hábitos de pensamiento sin ponerlos en duda.  Elias Canetti en Masa y Poder pudo sintetizar otros mecanismos para hacernos parte de estos coros. Pero los coros no servirían si ciertos hábitos de pensar no estuvieran en su lugar, especialmente aquellos que tienen que ver con seguir al grupo o con aceptar respuestas por mayoría.

Prefiramos seguir siendo ignorantes, nada más económico. La verdad es costosa, como los proyectos, como la ciencia y a eso le tememos muchos.

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