A mi mismo, hoy.

Quisiera dedicarme unas palabras; escribirlas para mí
y  las cosas que me definen en el mundo:
mis silencios desmesurados, que a veces cuesta sostener;
mis faltas en general,
esa imagen que tengo de mi rostro
y que no resulta como es.
la sensación de fastidio y la falta de palabras
en las mañanas.
cierta euforia y pensamientos oscuros o abyectos
que rondan mi cabeza por las noches.
las noches que paso en soledad,
en casa, leyendo.
las tardes y noches de tristeza.
mi desidia, mis desalientos, desazones y demás renuncias.
las incertidumbres de cuando estoy enamorado.
la ansiedad que precede a cada encuentro.
ese querer ser querido y la pena de querer estar seguro;
los desencuentros, que son cada vez más frecuentes.
las veces que quisiera desaparecer yo mismo de mi vida.
todos los métodos que he inventado para morir,
con sus requiebros, sus mecanismos delicados
y la ineficiencia de todos ellos y de toda maquinaria.
las cosas que me debo y seguramente no pagaré.
haber escrito estas palabras hace ya más de veinte años...

Vulgar tiene que ser tener de sí una imagen demasiado irreal.