Las medias nonas
Para quienes a la carrera han tenido alguna vez que empacar cinco cosas que le parecen cruciales (y esto varía de persona a persona) y salir corriendo, el acto de empacar se vuelve, por un tiempo al menos, rutinario. Hay algunas reglas que se vuelven tan importantes como antes lo era no comprar yogures vencidos:
- Empacar la ropa limpia de forma diferente a la sucia.
- Considerar sucia solo la ropa que prácticamente se puede sostener por sí misma.
- Poner en bolsas las cosas líquidas, los mínimos cambios de presión atomosférica hacen regar cualquier cosa. (Consultar en wikipedia el concepto de presión atmósferica.)
- No todo tiene que ir en maletas, las sábanas y toallas son mejores para transportar e implican menos trabajo.
- Todo se pierde, si algo es tan importante que no se puede perder, no lo tenga con Ud.
- Compre poquitos, no aproveche la oferta de 3lts de detergente, le va a tocar estar moviendo 3Kgs de algo de un lado para otro.
- Enrolle, ahorre espacio.
- No se acostumbre a la vista desde la ventana que le han prestado por unos días ni al canto de los pájaros.
- Duerma, no importa como ni donde.
- Delegue, dependa de los demás cuando es necesario.
- Los favores se piden de forma directa y con instrucciones precisas, no es dar órdenes, es decir con claridad lo que se necesita.
- En cada movimiento se pierden dos medias diferentes y en el próximo aparecen, pero desaparecen otras dos.
- Consiga adaptadores eléctricos y extensiones como si fuera un viaje por varios continentes.
- Las cosas caben, de alguna forma, caben, no importa el espacio.
- Se puede vivir con menos.
- Las cosas envejecen a cinco veces la velocidad normal cuando uno se tiene que mover. Cualquier cosa nueva se ve vieja luego de dos trasteos así estén separados por una semana.
- Ud. envejece a tres veces la velocidad normal, aprenda a ignorar el espejo.
- Compre tallas más pequeñas (ver punto anterior).
- No mande a arreglar cosas viejas (ver puntos anteriores).
- No haga cuentas, nunca dan y solo logra angustiarse más.
- Si el patalón ya le queda grande consiga unos boxer más gruesos.
Si uno logra mantener eso claro la vida nómada que le toca vivir se vuelve más sencilla. Uno aprende a dejar tirado, botar, guardar, dejar olvidado, regalar y a no antojarse de cosas que no puede tener porque no tiene donde y, sobre todo, a suspirar cuando alguien dice "me voy a casa".
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